 |
| Mientras esperan la renovación, los hijos de Leiva duermen en el piso. |
NUEVA YORK — El edificio ubicado en 235 West de la calle 146, es el hogar del salvadoreño Abraham Leiva desde 1985. El inmigrante de 45 años, dijo que ha visto crecer a sus cinco hijos entre ratas, cucarachas y chinches. Por años, la familia observó al departamento 9B desmoronarse por la inclemencia del tiempo y el desinterés de su casero. "Yo tenía que usar paraguas dentro del departamento porque el agua escurría a chorros. Se filtraba por techos y pisos, afectando a los vecino de abajo y así sucesivamente".
Leiva, de 45 años, dijo que el techo y las paredes se caían a pedazos. El moho se expandió por toda la casa y las plagas de roedores e insectos infestaron el edificio. "Mis hijos tuvieron que soportar frío porque no teníamos calefacción. También la contaminación por pintura con plomo nos afectó a todos". En septiembre de 2006, Leiva y otros 100 inquilinos de edificios cercanos en condiciones similares de abandono, se unieron para integrar un comité vecinal dirigido por Elsia Vázquez, una dominicana ex trabajadora de Wall Street. "Los inquilinos tenían una renta estabilizada a cambio de una vivienda pobre. Un nuevo casero adquirió el edificio, pero las mejoras no llegaron", dijo Vázquez. El grupo se hizo llamar People Against Landlord Abuse and Tenant Exploitation, PALANTE. Luego de que el nuevo casero se negara a reparar el edificio argumentando falta de dinero, PALANTE logró obtener en 2007 el beneficio de la sección 7A. "Esta sección determina que la ciudad adquiere el edificio y hace las reparaciones ante la incapacidad económica del casero. El casero deberá pagar el costo de la rehabilitación. Es similar a un préstamo", comentó la dirigente.
