20/Enero/2012 Washington.- Los cuatro administradores del
portal Megaupload arrestados en Nueva Zelanda y acusados, entre otros cargos,
de conspiración para cometer extorsiones y lavado de dinero, comparecieron ante
el juez. Su enjuiciamiento suponía una victoria para la industria cultural y
del entretenimiento norteamericana, que llevaba años pidiendo a Washington una
acción contundente contra ese portal web, que, según el FBI, la policía
judicial de Estados Unidos, ha fomentado la difusión de copias ilícitas de
películas, canciones y libros, entre otro material.
El Departamento de Justicia explica aquí en Washington que esta
operación, que ha deshabilitado 18 dominios en todo el mundo, como Megaupload,
Megavideo, Megaclick, Megaworld o Megalive, no forma parte de una estrategia
mayor de ataque a páginas web de alojamiento y descarga de archivos. En el
registro de las propiedades de los detenidos, la policía se incautó de 38
millones deeuros, en cuentas y patrimonio de varios países, que han quedado
congelados por orden del gran jurado. Sólo en Nueva Zelanda, en la mansión del
fundador de Megaupload, Kim Dotcom, los agentes requisaron 3’7 millones de
euros en coches de lujo y 8’5 millones de euros en varias cuentas.
Los ojos del FBI se hallan ahora puestos en otras páginas de las
que Megaupload se ha apoyado para mantenerse en funcionamiento desde 2005.
Entre ellas, algunas son españolas. Son, sobre todo, páginas de recomendación
de enlaces, desde las que los internautas solían llegar a Megaupload y sus
portales asociados. En un correo de mayo de 2009, Mathias Ortmann, jefe técnico
de la compañía, arrestado en Nueva Zelanda, aseguraba que entre las páginas que
contenían más enlaces a Megaupload se hallaban las españolas seriesyonkis.com, cinetube.es ytaringa.com. En otro, del mismo mes,
añadía que los sitios que más tráfico referían a Megavideo.com eran seriesyonkis.com, peliculasyonkis.com, dospuntocerovision.com y cinetube.es.
La demanda que han presentado los fiscales del gobierno presenta
cifras en consonancia con las de los daños que estima la industria. “Los
acusados, y otros que este Gran Jurado conocerá o no, eran miembros de una Mega
Conspiración, una organización criminal internacional cuyos miembros se
hallaban inmersos en infracciones criminales de los derechos de autor y lavado
de dinero a escala masiva, ocasionando un daño a los dueños de esos derechos de
autor por valor de 500 millones de dólares [386 millones de euros] y con un
lucro propio de 175 millones de dólares [135 millones de euros]”, dice la
demanda.
Banda criminal
La investigación comenzó hace dos años, por iniciativa del Centro
de Coordinación Nacional para la Protección de la Propiedad Intelectual del FBI.
Hace dos semanas, un gran jurado federal de Virginia aceptó los cargos a
trámite. Las detenciones se efectuaron el viernes por la mañana en Nueva
Zelanda, cuando aún era jueves en Europa y América. De entre los cinco cargos,
hay algunos obvios, como uno de conspiración para cometer infracciones de los
derechos de autor y dos por infracción criminal de las leyes de propiedad
intelectual. Hay además cargos por lavado de dinero y por conspiración para
cometer fraude, al entender que los acusados se comportaban como una banda
criminal.
Los fiscales del estado norteamericano se refieren a los siete
acusados (tres de ellos se hallan huidos) como la Mega Conspiración. “Los
miembros de esa agrupación y sus asociados infringieron de forma criminal los
derechos de autor, fueron cómplices en la infracción de los derechos de autor,
y conspiraron para infringir los derechos de autor, algo que afectó el comercio
interestatal en EE UU y con el extranjero”, asegura la demanda, que añade que
emplearon su empresa para lavar dinero obtenido de forma ilícita, ampliando sus
negocios en todo el globo. Explican los fiscales que fomentaban el tránsito de
copias ilícitas de películas y canciones para aumentar los ingresos por
publicidad en sus sitios web.
Como otros sitios, del estilo de RapidShare y MediaFire,
Megaupload es un viejo enemigo de la industria del entretenimiento de EE UU.
Para los empresarios cinematográficos y musicales es un medio de almacenamiento
y propagación de contenido obtenido de forma ilegal. Eso no significa que todos
los artistas le hayan dado la espalda. El año pasado, los cantantes Kanye West,
Snoop Dogg, Alicia Keys, Will.i.am y Sean ‘Diddy’ Combs grabaron un vídeo
promocional para la empresa ahora desmontada por el FBI, titulado Megaupload
Mega Song, publicado en la red de YouTube.
Aquello provocó una guerra de la empresa ahora imputada con
Universal Music Group, que ordenó que se retirara el vídeo de YouTube, alegando
que muchos de esos artistas estaban bajo contratos propios. Megaupload
contraatacó alegando que había firmado un acuerdo con cada uno de los artistas
que participaban en el vídeo, y que la canción grabada era un tema original, no
tomado de ningún álbum de los artistas. Hoy el vídeo sigue en YouTube, pero el caso
fue un prolegómeno a la gran operación de esta semana, que demostraba la gran
tensión de la industria norteamericana del entretenimiento con el portal de
alojamiento web.
El FBI investigó a los acusados durante meses, y obtuvo copias de
numerosos correos electrónicos en los que discutían asuntos como el de evitar
que el gobierno de EE UU cerrara sitios web asociados a su empresa, dando
muestras de que ya temían algún tipo de acción por parte del Departamento de
Justicia. El hecho de que uno de sus servidores se hallara en la empresa
Carpathia Hosting, en Virginia, le permitió al gobierno federal enviar a sus
fiscales investigar el caso y presentar la demanda ante el gran jurado.
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