El punto de drogas se hereda

Es un negocio familiar.

Ante la mirada de un niño, los decks de heroína sobre la mesa del comedor podrían ser una imagen tan común como el televisor de la sala o el triciclo en el patio. En los gabinetes de la cocina se podrían almacenar los materiales para adulterar la droga. Otros familiares podrían estar cumpliendo cárcel, pero el punto de droga deja mucho dinero. Éste parece ser el epígrafe, la sentencia fulminante, que muchos de los menores que se crían en familias de narcotraficantes se llevan a la cárcel o, peor aún, a la tumba luego de heredar el negocio ilegal.

Mientras otros puertorriqueños intentan mantener la cafetería, el colmado, u otra empresa exitosa que fundó un familiar, cada vez hay más organizaciones criminales que se definen y se distinguen por sus lazos sanguíneos. Los cabecillas heredan los puntos de un tío, de su madre o de cualquier otro familiar cercano. Las empresas criminales cambian de mano a través de generaciones, independientemente de los operativos policiales, los cambios en las políticas gubernamentales, las nuevas drogas en el mercado, o los carteles que estén dominando el contrabando internacional de drogas. La sangre pesa en el negocio de la droga.

Según se desprende de los datos provistos por la Administración federal Antidrogas (DEA), el fenómeno se evidencia mediante un operativo que se dio en la barriada La Perla, del Viejo San Juan. El pasado 27 de junio, un Gran Jurado federal emitió un pliego acusatorio contra 114 presuntos miembros de la organización que aparentemente era comandada por el líder comunitario Jorge Gómez González, mejor conocido como “Cara de Truck”.

Según se desprende de los cargos, varios acusados comparten los mismos dos apellidos y la repetición de algunos de éstos apunta a otros nexos familiares.

“Se vio mucho en la investigación de La Perla. Había hasta tres generaciones de personas que habían heredado el punto de drogas o la operación del abuelo, del papá o el tío. Esto se está viendo mucho porque, recuerda, son operaciones que dejan mucha ganancia y la mayoría de estas familias se mantienen del narcotráfico”, indicó el director interino de la DEA, Pedro J. Janer.

Los Martínez

Las organizaciones familiares evocan una de las pandillas más peligrosas de Santa Isabel, los Martínez, la cual logró ser desarticulada por las autoridades federales. Se alega que la banda de seis hermanos, que no heredaron el negocio de un familiar, controló el contrabando de drogas durante años, dominando una gran expansión territorial, desde el sector Coquí, en Salinas, hasta comunidades en Ponce. El cabecilla de la pandilla junto con otro hermano murieron en prisión. Sin embargo, otro de los hermanos fue asesinado una vez salió de la cárcel.

Investigaciones complejas

Las investigaciones contra estas organizaciones familiares se facilitan debido a que los nexos familiares facultan la identificación de los miembros de la conspiración, pero también se dificultan porque los lazos de lealtad tienden a ser mucho más estrechos. “Es normal que esto suceda. El hijo, por ejemplo, puede tener todos los contactos y el conocimiento. Cuando surge la vacante, ya sea por un arresto o cualquier otra situación, éste ocupa la posición. El caso de La Perla es un ejemplo vivo. Hubo varias personas que heredaron el negocio de sus tíos o sus padres. Abuelo, padre e hijo”, sostuvo.

Violencia extrema

La violencia en Puerto Rico coincide con un marcado interés de carteles mexicanos en el tráfico de drogas en el Caribe. De hecho, la DEA ha detectado la presencia de los carteles en varias islas caribeñas.“Que no te sorprenda si hay representantes de organizaciones mexicanas en Puerto Rico. Tenemos información que en otras islas del Caribe hay presencia de los carteles mexicanos. Están tratando de abrir campo y están tratando de coordinar con otras organizaciones en el Caribe para facilitar el tráfico”, indicó Janer, quien aseveró que los narcotraficantes constantemente exploran otras rutas para el envío de drogas ante la vigilancia en la frontera entre México y Estados Unidos, la principal entrada para drogas a territorio estadounidense.

Narcotráfico internacional

A pesar del interés mostrado por los carteles para ampliar su radio de acción en el Caribe, las organizaciones criminales en Puerto Rico también envían sus representantes a Colombia, Venezuela, entre otros países, para establecer contactos y coordinar el envío de cargamentos. “El Caribe siempre ha sido una ruta viable. Siempre el Caribe va a jugar un papel importantísimo”, indicó el funcionario, al asegurar que las agencias federales han podido identificar rutas que nacen en la República Dominicana y que se extienden hasta Europa o África.

Janer aseguró, además, que Puerto Rico está lejos de convertirse en un narco estado como México, aunque admitió que sí se pueden establecer ciertos paralelismos.

¿Cómo nos asemejamos?

En el sentido de la violencia, en la magnitud que está pasando la droga y el dinero a través de Puerto Rico y en el número de asesinatos. A esa dirección nos movemos.