La 4ta. Convención Nacional de Empresarios concluyó ayer con la proclama de que a la República Dominicana “no le queda otro camino que reinventar la manera de recaudar y gastar del Estado dominicano a través de una reforma fiscal integral”.
“Ha llegado el momento de mejorar la calidad del gasto, atacar la evasión, ampliar la base de contribuyentes y reducir la informalidad. Serán decisiones difíciles, pero no hay marcha atrás”, expresó el presidente del Conep, Manuel Díez Cabral, en el discurso central de la clausura de la convención, en la cual participaron los candiatos presidenciales Hipólito Mejía, Danilo Medina, Max Puig y Eduardo Estrella, así como la candidata vice-presidencial del PLD, Margarita Cedeño de Fernández.
No podremos seguir haciendo reformas tributarias coyunturales, porque sencillamente no es posible seguir cargando a los sectores que pagan los impuestos con más de lo mismo. El cálculo de la presión tributaria, de la cual tanto se habla, no incluye una serie de elementos como por ejemplo las cotizaciones obligatorias al sistema dominicano de seguridad social. Esta inclusión elevaría nuestra presión tributaria a aproximadamente 15.5% del, PIB ya que la seguridad social representa el 2.3% del PIB.
Esta presión tampoco incluye todos los gastos adicionales que se pagan por la falta de servicios eficientes que los ciudadanos pagan de manera privada, como son el agua potable, las plantas eléctricas, la recogida de basura y la seguridad, educación y transporte privados. No incluye, además, tarifas y tasas cobradas por organismos gubernamentales, como por ejemplo, las tasas portuarias y aeroportuarias.
Más importante aún, al ser cuestionada la población de Latinoamérica en el último informe Latinobarometro 2011 sobre la magnitud de los impuestos que paga al fisco, la población dominicana percibe tener la más alta carga impositiva de todos los países medidos. Por el contrario, Chile, país en el que la población paga bastante más que en República Dominicana, es el país en el cual menos gente sostiene que los impuestos son demasiado altos, porque la población tiene mayor confianza en sus autoridades y en lo que recibe a cambio.
Esta percepción está corroborada por estudios internos del CONEP que muestran una presión tributaria de más de un 26% para los sectores formales de la economía, aunque con variaciones importantes entre los distintos sectores, y de apenas un 10% para los sectores informales.
Díez Cabral dijo que el crecimiento económico del país tiene mucho de paradójico, pues “mientras exhibimos un incremento promedio anual del PIB de 5.7% durante la primera década de este siglo, en el orden social hemos retrocedido en salud, calidad de la educación, seguridad ciudadana, competitividad y la generación de empleos formales, entre otros indicadores”.
Dijo que “los últimos resultados de comparaciones internacionales claramente indican que nos estamos quedando atrás”, porque no hemos mejorado al mismo ritmo que la mayoría de los países del mundo.
Precisó que los más recientes resultados de las encuestas internacionales en temas claves de educación, institucionalidad y competitividad, indican que tenemos que transformarnos”.
“El último reporte del Indice de Competitividad Global, coloca a nuestro país en el inaceptable puesto de 110 entre 142 paises”, dijo. Afirmó que la transformación que necesitamos no será el resultado de un acto de magia, sino que hay que diseñarla a corto, mediano y largo plazo; poniéndola en práctica mediante acciones decididas.
Temas
Temas controversiales como la ampliación de la base y posible reducción de la tasa del ITBIS, la eliminación de los impuestos distorsionantes y coyunturales, como por ejemplo, el impuesto a los activos bancarios, el impuesto a los cheques, el aumento del impuesto sobre la renta, y el cobro del ITBIS en aduanas a las materias primas, entre otros, tendrán que ser afrontados sin mayor demora, afirmó el presidente del Conep en el discurso central de clausura de la convención.
“Ha llegado el momento de mejorar la calidad del gasto, atacar la evasión, ampliar la base de contribuyentes y reducir la informalidad. Serán decisiones difíciles, pero no hay marcha atrás”, expresó el presidente del Conep, Manuel Díez Cabral, en el discurso central de la clausura de la convención, en la cual participaron los candiatos presidenciales Hipólito Mejía, Danilo Medina, Max Puig y Eduardo Estrella, así como la candidata vice-presidencial del PLD, Margarita Cedeño de Fernández.
No podremos seguir haciendo reformas tributarias coyunturales, porque sencillamente no es posible seguir cargando a los sectores que pagan los impuestos con más de lo mismo. El cálculo de la presión tributaria, de la cual tanto se habla, no incluye una serie de elementos como por ejemplo las cotizaciones obligatorias al sistema dominicano de seguridad social. Esta inclusión elevaría nuestra presión tributaria a aproximadamente 15.5% del, PIB ya que la seguridad social representa el 2.3% del PIB.
Esta presión tampoco incluye todos los gastos adicionales que se pagan por la falta de servicios eficientes que los ciudadanos pagan de manera privada, como son el agua potable, las plantas eléctricas, la recogida de basura y la seguridad, educación y transporte privados. No incluye, además, tarifas y tasas cobradas por organismos gubernamentales, como por ejemplo, las tasas portuarias y aeroportuarias.
Más importante aún, al ser cuestionada la población de Latinoamérica en el último informe Latinobarometro 2011 sobre la magnitud de los impuestos que paga al fisco, la población dominicana percibe tener la más alta carga impositiva de todos los países medidos. Por el contrario, Chile, país en el que la población paga bastante más que en República Dominicana, es el país en el cual menos gente sostiene que los impuestos son demasiado altos, porque la población tiene mayor confianza en sus autoridades y en lo que recibe a cambio.
Esta percepción está corroborada por estudios internos del CONEP que muestran una presión tributaria de más de un 26% para los sectores formales de la economía, aunque con variaciones importantes entre los distintos sectores, y de apenas un 10% para los sectores informales.
Díez Cabral dijo que el crecimiento económico del país tiene mucho de paradójico, pues “mientras exhibimos un incremento promedio anual del PIB de 5.7% durante la primera década de este siglo, en el orden social hemos retrocedido en salud, calidad de la educación, seguridad ciudadana, competitividad y la generación de empleos formales, entre otros indicadores”.
Dijo que “los últimos resultados de comparaciones internacionales claramente indican que nos estamos quedando atrás”, porque no hemos mejorado al mismo ritmo que la mayoría de los países del mundo.
Precisó que los más recientes resultados de las encuestas internacionales en temas claves de educación, institucionalidad y competitividad, indican que tenemos que transformarnos”.
“El último reporte del Indice de Competitividad Global, coloca a nuestro país en el inaceptable puesto de 110 entre 142 paises”, dijo. Afirmó que la transformación que necesitamos no será el resultado de un acto de magia, sino que hay que diseñarla a corto, mediano y largo plazo; poniéndola en práctica mediante acciones decididas.
Temas
Temas controversiales como la ampliación de la base y posible reducción de la tasa del ITBIS, la eliminación de los impuestos distorsionantes y coyunturales, como por ejemplo, el impuesto a los activos bancarios, el impuesto a los cheques, el aumento del impuesto sobre la renta, y el cobro del ITBIS en aduanas a las materias primas, entre otros, tendrán que ser afrontados sin mayor demora, afirmó el presidente del Conep en el discurso central de clausura de la convención.
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