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| Tony Seval |
La Romana.-
La señora Yolanda Sepúlveda, de 68 años de edad, madre del asesinado merenguero Tony Seval, lamentó con lagrimas en los ojos que la justicia dominicana manejara la muerte de su hijo, la noche del 24 de octubre de 1985, como si se tratara de un perro.
Doña Yolanda dijo que familiares y amigos le han animado en estos 24 años para que mantenga la muerte de su hijo en los medios de comunicación, esperanzados en que algún día la justicia saque el caso engavetado, pero confiesa “por momentos me rindo”.
Tony Seval, líder de la agrupación Los Gitanos, fue vilmente asesinado en un confuso incidente que involucró el destacamento policial de Villa Juana, Distrito Nacional, y que todavía hoy, 26 años después, sigue envuelto en un manto de misterio.
Seval era en ese entonces el merenguero del momento. Había logrado gran aceptación con el tema “El muerto”, nombre que lleva la única producción discográfica que grabó. Nació el 5 de Febrero de 1955, si viviese tendría hoy 56 años.
“Mi hijo no tenía problemas de drogas, ese leía la biblia, bebía café y componía sus canciones. Pueden ir a la calle Ravelo #69, donde vivía con sus hijos y su esposa Josefina, los vecinos saben que el único vicio de Seval era el café”, sostuvo.
Con lagrimas en los ojos y visiblemente temblorosa por la impotencia, doña Yolanda contó que a Seval le cortaron su parte, puyaron todo su cuerpo y le hicieron profundas heridas en las plantas de los pies.
Llamó traicionero a Nelson Roig, que murió de un infarto hace algunos años, y quien se quedó con la orquesta tras la desaparición física de Seval. Contó que su hijo confió en él para que diera la voz de alerta sobre su detención aquella noche del 22 de octubre de 1985 y no lo hizo.
Añadió que una vez detenido Seval, minutos antes de un ensayo de la orquesta, en calle Juana Saltitopa #52, del Distrito Nacional, próximo a su vivienda matrimonial, le pidió a Roig que se lo comunicara a Hichi Lora y Yaqui Núñez del Risco, pero este nunca los llamó.
Huchi y Yaqui formaban parte del Show del Mediodía, de Color Visión, donde Los Gitanos se presentaban cada miércoles, y uno de los medios que primero anunció la muerte de Kuqui, como le llamaban en La Romana, su ciudad natal.
“La única persona que se presentó al destacamento policial de Villa Juana, la noche de la detención de Seval, fue la señora Josefina Camarena, esposa y madre de sus hijos. Lo asesinaron al segundo día de estar preso", dijo.
Doña Yolanda culpa de la muerte de Seval a Reina Mireya Ortiz, una joven profesora con quien el merenguero mantenía una relación fuera del matrimonio y que era la portera de todas las fiestas que tocaba su hijo. “El le sacó los pies y ella lo chivateó no se con que cosa”, señaló.
Narró que Seval comenzó a ser maltratado por los agentes policiales desde el mismo momento de su detención, alegadamente porque Reina había vendido la imagen de que su hijo era un hombre violento.
La madre de Seval niega que en ese entonces su hijo haya estado sentimentalmente unido a la esposa de un alto oficial, versión a la que todos estos años han atribuido su asesinato.
Doña Yolanda manifestó que Seval decidió terminar la relación sentimental con Reina, pero ella se resistía, porque quería que su hijo dejara su esposa e hijos y la hiciera su señora.
Agregó que mientras Reina estuvo con su hijo, vivió en la calle Benito González #111 y una vez concluida la relación amorosa se mudó a la Juan Bautista Vicini #24, del Distrito Nacional, y ahora está en Estados Unidos.
Según doña Yolanda, a Reina se le escuchó decir en la puerta principal del hospital de las Fuerzas Armadas que Seval había muerto por abandonarla. “Ahora ni de Yolanda ni mío”.
Dijo que, incluso, a su hijo lo han querido acusar de drogadicto en vida, pero asegura que todavía guarda los resultados de la autopsia practicada a su cadáver, los que alegadamente demuestran que su hijo no era un vicioso.
“A los asesinos de mi hijo no les levanto calumnias, pero que esperen lo suyo, al igual que todo aquel que se ha burlado de mi. Soy enemiga de los políticos, porque todos son malos, se burlaron de mi y de Kuqui”, exclamó.
Afirmó que la justicia dominicana no se ha interesado por esclarecer la muerte creador de Los Gitanos, porque fue hijo de matrimonio humilde.
“La justicia se ha manejado en estos 24 años como si mi hijo fue un perro. Kuqui sólo buscaba la superación personal para poner cómodos a sus hijos y a mí, lo repetía hasta el cansancio”, enfatizó.
Llamó malagradecido a Bobby Rafael, actualmente en la orquesta de Kinito Méndez, tras señalar que Seval lo enseñó a cantar y este ni siquiera por agradecimiento se ha dignado en saber donde viven los hijos del asesinado merenguero.
Por el contrario, agradeció la sinceridad que dijo le demostrara a Seval el merenguero Aníbal Bravo, quien ayudó tanto a su hijo, que incluso le regaló los zapatos con que tocó los primeros bailes. También estuvo presente en los funerales.
La propiedad que dejó Seval fue un motor que terminó pagándolo a la financiera Rafael Corporán de los Santos. Y todavía doña Yolanda conserva un televisor de tubos, lo único que pudo regalarle su hijo después de formar la orquesta.
Agradeció grandemente a Corporán de los Santos, de quien dijo se encargó de los hijos de Seval hasta que adquirieron la mayoría de edad. También le dio una casa en el sector Primaveral y le pagó un año de universidad a uno de ellos.
Los tres hijos de Tony Seval, una hembra y dos varones, hoy son mayores de edad. Su preparación académica ha quedado limitada al bachillerato y cursos técnicos, porque alegadamente no tienen recursos para asistir a la universidad.
Doña Yolanda contó que el equipo de campaña del doctor Joaquín Balaguer tomó la muerte y los merengues de su hijo como bandera para las elecciones de 1986, y que el propio líder reformista le prometió que cuando llegara al poder serían buscados los asesinos de Seval.
Explicó que cuando el doctor Balaguer gana las elecciones les fueron cerradas todas las puertas, y hasta el doctor José Quezada, que durante la campaña electoral respondía todos sus telegramas, una vez secretario de la Presidencia; jamás le contestó uno.
Ya el doctor Balaguer en el poder en 1986, y confiada en la promesa de que serían buscados los asesinos de Seval, doña Yolanda le pidió a Vincho Castillo que asumiera el caso, pero éste se negó, alegando que el Presidente no se lo había pedido.
Según doña Yolanda, empresarios disqueros y musicalizadotes le estarían cerrando el paso a su hijo menor Yolyi Seval, que desde hace años ha querido relanzar a Los Gitanos.
Dona Yolanda reside en la calle Segunda, edificio 31, apartamento 2, del sector Los Multifamiliares de La Romana.
En la intersección formada por las calles 12 y Castillo Márquez del barrio Bancola, La Romana, donde se crió Kuqui, sus amigos le construyeron un busto de madera en señal de amistad y para recordarlo por siempre.
Tony Seval, líder de la agrupación Los Gitanos, fue vilmente asesinado en un confuso incidente que involucró el destacamento policial de Villa Juana, Distrito Nacional, y que todavía hoy, 26 años después, sigue envuelto en un manto de misterio.
Seval era en ese entonces el merenguero del momento. Había logrado gran aceptación con el tema “El muerto”, nombre que lleva la única producción discográfica que grabó. Nació el 5 de Febrero de 1955, si viviese tendría hoy 56 años.
“Mi hijo no tenía problemas de drogas, ese leía la biblia, bebía café y componía sus canciones. Pueden ir a la calle Ravelo #69, donde vivía con sus hijos y su esposa Josefina, los vecinos saben que el único vicio de Seval era el café”, sostuvo.
Con lagrimas en los ojos y visiblemente temblorosa por la impotencia, doña Yolanda contó que a Seval le cortaron su parte, puyaron todo su cuerpo y le hicieron profundas heridas en las plantas de los pies.
Llamó traicionero a Nelson Roig, que murió de un infarto hace algunos años, y quien se quedó con la orquesta tras la desaparición física de Seval. Contó que su hijo confió en él para que diera la voz de alerta sobre su detención aquella noche del 22 de octubre de 1985 y no lo hizo.
Añadió que una vez detenido Seval, minutos antes de un ensayo de la orquesta, en calle Juana Saltitopa #52, del Distrito Nacional, próximo a su vivienda matrimonial, le pidió a Roig que se lo comunicara a Hichi Lora y Yaqui Núñez del Risco, pero este nunca los llamó.
Huchi y Yaqui formaban parte del Show del Mediodía, de Color Visión, donde Los Gitanos se presentaban cada miércoles, y uno de los medios que primero anunció la muerte de Kuqui, como le llamaban en La Romana, su ciudad natal.
“La única persona que se presentó al destacamento policial de Villa Juana, la noche de la detención de Seval, fue la señora Josefina Camarena, esposa y madre de sus hijos. Lo asesinaron al segundo día de estar preso", dijo.
Doña Yolanda culpa de la muerte de Seval a Reina Mireya Ortiz, una joven profesora con quien el merenguero mantenía una relación fuera del matrimonio y que era la portera de todas las fiestas que tocaba su hijo. “El le sacó los pies y ella lo chivateó no se con que cosa”, señaló.
Narró que Seval comenzó a ser maltratado por los agentes policiales desde el mismo momento de su detención, alegadamente porque Reina había vendido la imagen de que su hijo era un hombre violento.
La madre de Seval niega que en ese entonces su hijo haya estado sentimentalmente unido a la esposa de un alto oficial, versión a la que todos estos años han atribuido su asesinato.
Doña Yolanda manifestó que Seval decidió terminar la relación sentimental con Reina, pero ella se resistía, porque quería que su hijo dejara su esposa e hijos y la hiciera su señora.
Agregó que mientras Reina estuvo con su hijo, vivió en la calle Benito González #111 y una vez concluida la relación amorosa se mudó a la Juan Bautista Vicini #24, del Distrito Nacional, y ahora está en Estados Unidos.
Según doña Yolanda, a Reina se le escuchó decir en la puerta principal del hospital de las Fuerzas Armadas que Seval había muerto por abandonarla. “Ahora ni de Yolanda ni mío”.
Dijo que, incluso, a su hijo lo han querido acusar de drogadicto en vida, pero asegura que todavía guarda los resultados de la autopsia practicada a su cadáver, los que alegadamente demuestran que su hijo no era un vicioso.
“A los asesinos de mi hijo no les levanto calumnias, pero que esperen lo suyo, al igual que todo aquel que se ha burlado de mi. Soy enemiga de los políticos, porque todos son malos, se burlaron de mi y de Kuqui”, exclamó.
Afirmó que la justicia dominicana no se ha interesado por esclarecer la muerte creador de Los Gitanos, porque fue hijo de matrimonio humilde.
“La justicia se ha manejado en estos 24 años como si mi hijo fue un perro. Kuqui sólo buscaba la superación personal para poner cómodos a sus hijos y a mí, lo repetía hasta el cansancio”, enfatizó.
Llamó malagradecido a Bobby Rafael, actualmente en la orquesta de Kinito Méndez, tras señalar que Seval lo enseñó a cantar y este ni siquiera por agradecimiento se ha dignado en saber donde viven los hijos del asesinado merenguero.
Por el contrario, agradeció la sinceridad que dijo le demostrara a Seval el merenguero Aníbal Bravo, quien ayudó tanto a su hijo, que incluso le regaló los zapatos con que tocó los primeros bailes. También estuvo presente en los funerales.
La propiedad que dejó Seval fue un motor que terminó pagándolo a la financiera Rafael Corporán de los Santos. Y todavía doña Yolanda conserva un televisor de tubos, lo único que pudo regalarle su hijo después de formar la orquesta.
Agradeció grandemente a Corporán de los Santos, de quien dijo se encargó de los hijos de Seval hasta que adquirieron la mayoría de edad. También le dio una casa en el sector Primaveral y le pagó un año de universidad a uno de ellos.
Los tres hijos de Tony Seval, una hembra y dos varones, hoy son mayores de edad. Su preparación académica ha quedado limitada al bachillerato y cursos técnicos, porque alegadamente no tienen recursos para asistir a la universidad.
Doña Yolanda contó que el equipo de campaña del doctor Joaquín Balaguer tomó la muerte y los merengues de su hijo como bandera para las elecciones de 1986, y que el propio líder reformista le prometió que cuando llegara al poder serían buscados los asesinos de Seval.
Explicó que cuando el doctor Balaguer gana las elecciones les fueron cerradas todas las puertas, y hasta el doctor José Quezada, que durante la campaña electoral respondía todos sus telegramas, una vez secretario de la Presidencia; jamás le contestó uno.
Ya el doctor Balaguer en el poder en 1986, y confiada en la promesa de que serían buscados los asesinos de Seval, doña Yolanda le pidió a Vincho Castillo que asumiera el caso, pero éste se negó, alegando que el Presidente no se lo había pedido.
Según doña Yolanda, empresarios disqueros y musicalizadotes le estarían cerrando el paso a su hijo menor Yolyi Seval, que desde hace años ha querido relanzar a Los Gitanos.
Dona Yolanda reside en la calle Segunda, edificio 31, apartamento 2, del sector Los Multifamiliares de La Romana.
En la intersección formada por las calles 12 y Castillo Márquez del barrio Bancola, La Romana, donde se crió Kuqui, sus amigos le construyeron un busto de madera en señal de amistad y para recordarlo por siempre.
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