31/5/2016
Santo Domingo, República Dominicana._ En su reunión de política monetaria de
mayo de 2016, el Banco Central de la República Dominicana decidió mantener la
tasa de política monetaria (TPM) en 5.0% anual.
La decisión respecto a la tasa de referencia tomó en
consideración el balance de riesgos en torno a los pronósticos de inflación,
las expectativas del mercado, así como la evolución reciente de las principales
variables macroeconómicas. En abril, la tasa interanual de inflación se ubicó
en 1.75%, manteniéndose esta variable por debajo del extremo inferior del
rango-meta de 4.0%±1% para el año 2016. La inflación acumulada en los primeros
cuatro meses del año es de -0.67% al tiempo que la inflación subyacente
interanual, la cual está relacionada con las condiciones monetarias, se ubicó
en 1.51% al cierre del cuarto mes del año.
En el ámbito externo, el panorama de la economía mundial,
según Consensus Forecast, apunta a un crecimiento de 2.4% en
2016 y de 2.8% en 2017. En Estados Unidos de América (EUA), sin embargo, el
pronóstico de crecimiento de Consensus se ajustó a la baja de
2.0% a 1.8% para el presente año 2016, esperándose una recuperación de la
economía con una expansión de 2.3% en 2017. A la luz de estos acontecimientos,
la probabilidad implícita de aumento de la tasa de política monetaria de la FED
ha aumentado, a juzgar por los contratos futuros del mercado, por lo que se
espera un posible incremento en los próximos meses. Aunque una decisión de este
tipo podría afectar el rendimiento de las colocaciones de bonos en los mercados
internacionales también generaría una apreciación del dólar que podría provocar
una nueva reducción en los precios del petróleo. Estos posibles impactos de un
alza en la TPM de la FED han sido, en gran medida, internalizados por el
mercado. En ese sentido, la eventual alza de tasas de la FED no debería tener
un efecto importante de corto plazo sobre la economía dominicana.
En cuanto a las economías de otras regiones del mundo, Consensus Forecast
mantuvo su proyección de crecimiento para la Zona Euro, lo que
implica que la economía se expandiría en torno a 1.6%, tanto en 2016 como en
2017. Por otro lado, América Latina (AL) presentaría
una contracción en su producción interna bruta de -0.6% en 2016,
debido principalmente a la recesión experimentada por países como Venezuela
(-8.6%), Brasil (-3.7%), Ecuador (-1.7%) y Argentina (-1.1%). Cabe destacar que
otras importantes economías de la región tendrían un crecimiento positivo, pero
por debajo de la media de los últimos 5 años. Tal es el caso de economías como
las de México (2.4%), Chile (1.8%), Colombia (2.4%), Costa Rica (3.6%) y
Uruguay (1.3%). Se espera que para 2017, el promedio de crecimiento de
las economías de AL se torne positivo al alcanzar una expansión cercana a 2.0%.
Los precios de los bienes primarios, particularmente el
de algunos commodities de importancia en las
transacciones de comercio exterior de República Dominicana vienen exhibiendo
una tendencia alcista en los últimos dos meses. En ese sentido, el petróleo WTI
se ha situado cerca de US$50 el barril, mientras el oro se ha acercado a
US$1,300 la onza troy, precio superior al contemplado en el Presupuesto
Nacional 2016.
En el ámbito doméstico, la actividad económica sigue
mostrando un crecimiento por encima de su potencial, al registrar de forma
preliminar, el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) una robusta
expansión interanual de 10.1% en el mes de abril. Durante el periodo
enero-abril, el crecimiento acumulado del IMAE fue de 7.1%, comparado con igual
periodo del pasado año. Es importante señalar que todos los sectores de la
economía presentaron crecimiento interanual positivo en el mes de abril,
destacándose construcción (36.2), servicios financieros (13.3%), manufactura
local (11.7%), comercio (11.1%) y la recuperación del sector agropecuario
(6.0%), entre otros.
En el sector financiero, el crédito al sector privado
crece en torno al 13.8% en el mes de mayo y se prevé que se expanda a una tasa
cercana a 12.0% al final del año. En lo concerniente a la política fiscal, se
espera que el Gobierno cumpla con las previsiones de déficit presupuestario
para el cierre del año en torno a 2.3% del PIB. A su vez, en el sector externo,
el déficit de cuenta corriente se ubicaría en torno a 1.9% del PIB para el
final del año. Bajo este contexto, el mercado cambiario se mantendría
relativamente estable y permitiría una continua acumulación de reservas
internacionales.
El Banco Central reafirma su compromiso de conducir la
política monetaria al logro de su meta de inflación, a la vez que seguirá
monitoreando la evolución de la economía mundial y la coyuntura doméstica a fin
de adoptar las medidas necesarias ante riesgos sobre la estabilidad de precios
y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.
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