07/06/2013 Santiago,
Chile. El pasado
3 de junio, el centro de estudios J-PAL presentó los primeros resultados del
estudio “Mejoramiento de la
infraestructura habitacional en los asentamientos de Latinoamérica”.
Busca medir por primera vez el efecto causal que el programa de construcción de viviendas de emergencia de TECHO (antes Un Techo para mi País) tiene sobre quienes las habitan en asentamientos precarios.
Busca medir por primera vez el efecto causal que el programa de construcción de viviendas de emergencia de TECHO (antes Un Techo para mi País) tiene sobre quienes las habitan en asentamientos precarios.
Dentro de los resultados, el estudio de El Abdul Latif Jameel Poverty Action
Lab (J-PAL) comprobó en primer lugar,
que la satisfacción con la calidad de la vivienda aumentó en quienes participaron del
programa de construcción de viviendas de emergencia con respecto de su grupo de
control.
El cambio de estructuras
construidas en base a materiales de desecho a módulos de madera en México y
Uruguay y una estructura de Zinc en el caso de El Salvador representó un salto
cuantitativo relevante. Por ejemplo, en
el país centroamericano, la diferencia en la satisfacción de la calidad de los
pisos fue un incremento de 38.9 puntos porcentuales un 239,1% con respecto
de su grupo de comparación; 12.2 puntos porcentuales en Uruguay (38,8%) y de
10.7 en México (un 19,5% más satisfechos).
Sin embargo, el impacto más
relevante se observó en la percepción que los
encuestados mantuvieron de sí mismos y sus familias una vez construido el
módulo transitorio. La satisfacción con la calidad de vida de este grupo
tuvo una variación positiva en 21,1 puntos porcentuales en El Salvador, un
41,7% más que quienes no participaron del programa en su fase inicial, en
Uruguay fue de 9,8 puntos
porcentuales, un 21,8% más satisfechos que el grupo de control y en México fue
de 16,6 puntos porcentuales, un 28% .
En El Salvador además se suma un aumento en la percepción de seguridad.
Al preguntar si las familias se sienten
más seguras dejando la casa sola, la percepción aumentó en 15.9 puntos
porcentuales, lo que se traduce en un aumento de un 26,5%, en relación al grupo
de control .
Ante estos resultados, Agustín
Wolff el director social de TECHO para Latinoamérica, explicó que es una manera
de demostrar lo que se ha intuido desde las experiencias en los
asentamientos y el contacto constante con sus pobladores. “La medición confirma que las viviendas de emergencia tienen un impacto
concreto en la situación de las familias en los asentamientos”, expresó y luego agregó: “Con este estudio podemos
confirmar con evidencia científica que la evolución que ha tenido nuestro
modelo de trabajo, basado en la organización de las comunidades mediante una
labor continua con los voluntarios, es necesaria para superar su situación de
pobreza”.
Ryan Cooper, Director Ejecutivo de J-PAL LAC, señaló sobre el estudio: “Es importante preguntar si
los programas sociales funcionan en alcanzar los objetivos que se proponen y
así saber si tienen un impacto en las vidas de las personas a las que sirven. En este caso, el resultado de este estudio
es muy importante, porque muestra que el programa de viviendas de emergencia sí
está alcanzando su objetivo de proveer un sentido de dignidad y bienestar
para quienes las habitan”.
El estudio, que consideró a
896 Familias en México, 698 de El Salvador y 779 de Uruguay, involucró a dos
grupos, uno de control que mantuvo sus viviendas y uno que participó del proceso
de construcción junto a los voluntarios de TECHO. La investigación se extendió entre 18 y 27 meses por país y consideró
dos periodos de encuestamiento y otras pruebas, para identificar el impacto
que podría alcanzar en aspectos como los ya mencionados: materialidad de la
vivienda, satisfacción con la calidad de vida y percepción de seguridad, así
como salud, acceso a bienes, ingresos. En estos últimos, no se observaron
cambios estadísticamente significativos.
La organización TECHO, que
trabaja en asentamientos humanos junto con voluntarios y pobladores de la estos
espacios, se sometió a la medición de su programa más extenso, que lleva 16
años implementado en Latinoamérica, hoy
se aplica en 18 países y ha alcanzado más de 94 mil viviendas de emergencia
a la fecha.
Durante la presentación se firmó un acuerdo entre ambas partes,
para generar material de relevancia que
incida en políticas públicas relacionadas con la superación de la pobreza. Esto, a
través del monitoreo y evaluación de parte de J-PAL a los programas sociales
que TECHO realiza en los asentamientos en los que trabaja.
Acerca de TECHO
TECHO es una
organización de la sociedad civil que busca
superar la pobreza en asentamientos
de Latinoamérica, a través de la vinculación entre voluntarios y pobladores.
TECHO opera
en 19 países de Latinoamérica, trabaja en República Dominicana desde el 2009,
en el país hasta la fecha se han construido 586 viviendas de emergencia en más
de 28 de comunidades.
Con la
implementación de un modelo de trabajo
enfocado en el desarrollo comunitario, la promoción de la conciencia y
acción social y la incidencia en espacios de toma de decisión y de Políticas
Públicas.
Acerca de J-PAL:
El Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-PAL) es una red de
profesores afiliados de todo el mundo a quienes los une el uso de evaluaciones
aleatorias para responder preguntas claves para la superación de la pobreza.
J-PAL busca combatir la pobreza garantizando que las políticas públicas estén
basadas en evidencia científica. Esto se logra realizando evaluaciones de
impacto rigurosas, formando capacidades en temas de evaluación y generando un
impacto en las políticas públicas.
La investigación presentada
por Sebastián Galiani, profesor de la Universidad de Maryland y afiliado de
J-PAL, evaluó el impacto del programa de construcción de la vivienda en
Uruguay, México y El Salvador.
Dentro de los resultados que
más destacan está la mejora en la calidad de sus viviendas, en su percepción de
seguridad y en la percepción de bienestar que los encuestados tienen de sí
mismos.