31/Marzo/2012 Por: César Medina / ListínDiario._ Santo Domingo, República Dominicana._ Circula por
ahí de oído en oído una conversación telefónica de dos importantes dirigentes
del PRD –uno de ellos muy encumbrado en el gobierno de Hipólito Mejía– donde se
habla de “darle un tiro” al ex-candidato y presidente de ese partido, Miguel
Vargas.
La conversación discurre entre comentarios sobre el curso de la campaña
y el rol que juegan algunos dirigentes perredeístas que no se han integrado al
proselitismo de su partido.
La grabación cayó en manos de los organismos de inteligencia del Estado
que han tomado medidas preventivas para evitar que en un desborde de pasiones
el fanatismo electoral ponga en riesgo la vida del líder político.
Es probable que eso no pase de fanfarronadas propias de aguajeros sin
oficio que buscan perturbar la tranquilidad de Vargas y su Familia. Y así lo ha
comentado el presidente del PRD en círculos íntimos.
“Pero nada puede dudarse de gente que se veía ya en el poder y que por
circunstancias de la política ve cómo cada día se le aleja más...”, comentó un
cercano colaborador de Vargas.
Además, las cosas que se escuchan en esa conversación no dejan duda de
que en las más altas instancias perredeístas se culpa al presidente del partido
y a sus más cercanos colaboradores de la caída estrepitosa de la candidatura de
Mejía.
“...Sólo hay que oír el recuento que hacen pueblo por pueblo, y la forma
desconsiderada en que se refieren a connotados dirigentes nacionales del PRD”.
La conversación concluye con esta sentencia ominosa contra Vargas
Maldonado: “...Hay que darle un tiro”.
Posando para Hipólito
Hipólito y su familia no quieren ver ni en pintura a Eligio Jáquez, a quien consideran un traidor. Pero él se las pasa “haciéndole figuritas” al candidato del PRD.
Hipólito y su familia no quieren ver ni en pintura a Eligio Jáquez, a quien consideran un traidor. Pero él se las pasa “haciéndole figuritas” al candidato del PRD.
Como para que se le tome en cuenta. Sus devaneos con Miguel Vargas, a
quien visita con frecuencia dizque para proponerle un acercamiento con Mejía,
lo alejan cada vez más de uno y otro. Y ahora está como perico en la estaca.
Eligio fue secrertario de Agricultura durante los cuatro años de gobierno de
Mejía, pero terminó perdiendo hasta la vieja amistad personal con el
expresidente, a quien consideraba un cadáver político. Durante la precampaña
perredeísta apoyó a Vargas para terminar mendigando nuevamente la conmiseración
del candidato.
Y aunque se ha ido arrimando poco a poco al comando de campaña de Mejía,
lo han relegado a un papel de quinta categoría como asistente de un coordinador
de un grupo agropecuario. Pero su lucha ahora es hacerse notar del candidato, y
en ese propósito se la está buscando como un toro.
Hace unos días se apareció sin que nadie lo invitara en la casa de
Gilberto Serulle, el síndico de Santiago, para pedirle que no apoyara a Danilo
Medina. De regreso intentó ver a Hipólito, pero el candidato perredeísta no lo
recibió y tuvo que conformarse con dejarle una nota sobre una gestión que nadie
le encomendó.
Luego visitó al presidente del partido, en su casa de la Anacaona, para
tratar de provocar una reunión entre Vargas y Mejía. Otro esfuerzo fallido.
Porque tampoco nadie le solicitó su mediación.
No le ha resultado fácil recuperar la confianza de Hipólito y la
familia. Por más poses y papeles estrambóticos que pretenda hacer ante la
cámara del candidato.
Rosario y la JCE
El presidente de la Junta ha sido excesivamente complaciente con el PRD. Ahí radica su principal error, porque hace rato que los perredeístas le cogieron la seña y saben bien que cede a sus presiones.
El presidente de la Junta ha sido excesivamente complaciente con el PRD. Ahí radica su principal error, porque hace rato que los perredeístas le cogieron la seña y saben bien que cede a sus presiones.
Roberto Rosario ha complacido al PRD en todas sus exigencias: Le dio la
casilla número uno en la boleta, no aceptó la fotografía del candidato a la vice;
aceptó colegiar el centro de cómputos; accedió a auditar unilateral y
antojadizamente el padrón a pesar de que la OEA hacía ese trabajo; le permitió
seis “contadores” en vez de dos técnicos como a cada candidato para la
impresión del padrón...Todos los caprichos se los ha concedido a ese partido.
Y aún así la gente de la campaña de Mejía –que no el PRD– pide más y
más. Sólo falta que Roberto Rosario los complazca con su renuncia... Y hasta
eso prometió si un lenguaraz que fue ayer a la televisión le demuestra que está
parcializado con Danilo Medina.
“Roberto podrá estar parcializado...”, comentaba ayer un dirigente
peledeísta. “Pero a favor de Hipólito”.