05/Febrero/2012 El Cairo - Una explosión, la
duodécima en menos de un año, se registró hoy en la tubería por la que Egipto
suministra gas natural a Israel y Jordania desde la península del Sinaí,
informó la televisión estatal.
El nuevo ataque ocurrió la pasada madrugada con
cargas explosivas no precisadas en el área de Massaeed, al oeste de la
localidad mediterránea de Al-Arish, capital de la provincia del Sinaí Norte.
Testigos dijeron que el gasoducto quedó dañado y
aseguraron ver llamas desde el poblado, mientras camiones cisterna y bomberos
se movilizaron para tratar de sofocar el fuego.
Un comunicado difundido por la agencia oficial de
noticias MENA indicó que el incendio desatado con la deflagración ya fue
controlado, pero no precisa si se reanudó el flujo de gas, que en agresiones
precedentes tomó varias semanas para ser restablecido.
La conductora ha sufrido al menos 12 ataques desde
el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011,
atribuido a sectores contrarios a que se venda el combustible a Israel a
precios por debajo de los del mercado internacional.
Mubarak encara juicio por ese tema, luego que
abogados opositores presentaron una querella para impugnar un acuerdo que bajo
su gobierno fue suscrito hace 20 años con el Estado sionista, permitiéndole
pagar un precio bajo por el estratégico carburante.
Según datos oficiales, Egipto incrementó en
octubre los precios de venta de gas a Jordania, que anunció un alza en las
tarifas de electricidad para compensar ese aumento.
Autoridades atribuyen los frecuentes ataques al
deterioro de la seguridad en la Península del Sinaí, luego que con la renuncia
de Mubarak se redujo la presencia de la policía en todo Egipto.
El ataque anterior al gasoducto, que también llega
hasta Jordania, ocurrió en diciembre, pese a que a raíz de otra explosión en
noviembre el Gobierno prometió reforzar la vigilancia instalando dispositivos
de alarma y contratando patrullas de seguridad de beduinos.
La explosión se registró en momentos de un aumento
de la tensión en el Sinaí, una zona donde los beduinos del desierto se quejan
del abandono y la discriminación del gobierno central egipcio, y donde en los
últimos días se reportaron secuestros de extranjeros