29/Enero/2012
París, Francia.-
Nicolas Sarkozy quiere pasar a la
posteridad como un gran reformador. Su ambición, ha confesado estos días, no
son las urnas sino la Historia. El presidente cree que Francia necesita medidas
“fuertes” e inmediatas para modernizarse, ganar competitividad y frenar las
deslocalizaciones y la sangría de empleos.
Esta noche Sarkozy anuncia desde el Elíseo, a través de
una entrevista que emitida por nueve canales de televisión, el tercer gran
ajuste económico del último año. La medida más polémica es la subida de 1,6
puntos en el tipo máximo del IVA, que pasará del actual 19,6% a un 21,2%. Para
mitigar el efecto sobre el consumo, el aumento se hará por etapas y acabará el
próximo otoño. Las arcas públicas recaudarán 11.000 millones, dice el
Elíseo. Y
eso permitirá bajar las cotizaciones a las empresas que financian el gasto
familiar de la Seguridad Social para darles más margen de maniobra.
Según fuentes cercanas al presidente, Sarkozy ha decidido
también una derogación urgente y parcial de la ley de las 35 horas semanales,
una conquista socialista que considera la raíz de casi todos los problemas
actuales. El cambio permitirá a las empresas en apuros rebajar los salarios o
dejarlos igual a cambio de que sus empleados trabajen más tiempo, pero solo se
hará si al menos el 30% del personal sindicado está de acuerdo, y si no se
oponen más del 50% de los trabajadores adscritos a las centrales.
Estas dos propuestas tratan de frenar la pérdida de 1.000
empleos diarios registrada durante 2011 que ha llevado las cifras de paro hasta
su nivel máximo desde 1999. Hoy hay 2,87 millones de personas sin trabajo en la
Francia continental y 4,5 millones si se cuentan los territorios de Ultramar.
A la subida del IVA se sumará un “ligero aumento” del
impuesto que grava los depósitos bancarios, y un anuncio largamente esperado:
la tasa a las transacciones financieras. Será una especie de tasa Tobin a la
francesa: solo afectará a las operaciones bursátiles y al “trading’ de alta
intensidad”, una forma de especulación automática en Bolsa que escapa a todo
control. El nuevo impuesto gravará con un 0,1% ambas operaciones.
El contraataque de Sarkozy, como lo ha llamado Le Figaro,
se completa con medidas de estímulo a la construcción de viviendas, pensadas
para crear empleo y bajar los astronómicos precios de las casas nuevas y el
alquiler.
El nuevo ajuste llega solo a 83 días de las
presidenciales del 22 de abril (segunda vuelta el 6 mayo) y con los sondeos más
desfavorables para la derecha. El candidato socialista, François Hollande,
sigue primero con un 31% de intención de voto frente al 25% del presidente
saliente en la primera vuelta. Pero Sarkozy perdería por 20 puntos (60-40) en
el segundo turno.
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