31/Enero/2012
Washington.- Una mayoría de miembros del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas se ha pronunciado hoy, antes de una crucial votación,
a favor de exigir la dimisión del presidente de Siria, Bachar el Asad, para
poner fin a diez meses de violencia en aquel país, en los que han muerto 5.400
personas, según ese organismo internacional.
"Tenemos que tomar partido. O estamos del lado del
pueblo de Siria o nos convertimos en cómplices de la larga ola de violencia que
vive el país", dijo Hillary Clinton, jefa de la diplomacia norteamericana,
en su intervención ante los demás miembros del Consejo de Seguridad.
"Estados Unidos solicita al Consejo de Seguridad que secunde los
requerimientos de la Liga Árabe para que el Gobierno de Siria suspenda de forma
inmediata todos sus ataques contra la población y garantice la libertad del
pueblo para manifestarse pacíficamente". Y añadió: "La otra opción,
rechazar la propuesta de la Liga Árabe, que supondría abandonar al pueblo sirio
y darle fuerzas al dictador, agravaría esta tragedia, y supondría el fracaso de
nuestras responsabilidades”.
En la resolución no se pide una intervención militar de
la Alianza Atlántica contra el Gobierno de Siria, como ocurrió en el caso de
Libia, sino una transición pacífica. En ella se expresa un “apoyo total a la
iniciativa de Liga de Estados Árabes, del pasado 22 de enero de 2012, de
facilitar una transición política hacia un sistema plural democrático”. Además
se pide la formación de un “gobierno de unidad nacional” y que el presidente
Asad “le otorgue toda la autoridad de acción a su vicepresidente” y que este
convoque “elecciones transparentes y libres bajo supervisión árabe e
internacional”.
Alemania, que es miembro de turno en el Consejo, y Reino
Unido, que tiene puesto permanente, se han expresado en el mismo sentido. El
primer ministro británico, David Cameron, instó al resto de miembros del
Consejo a que "estén a la altura de sus responsabilidades" y no
protejan a Asad. "Los asesinatos deben parar y el presidente debe
marcharse", indicó en rueda de prensa en Londres, según informa la agencia
Efe. El ministro de asuntos exteriores alemán, Guido Westerwelle, dijo en El
Cairo, Egipto, que la situación en Siria “es inaceptable” y que “el Consejo de
Seguridad debe actuar”, de acuerdo con France Presse.
En la resolución no se pide
una intervención militar de la Alianza Atlántica contra el Gobierno de Siria,
como ocurrió en el caso de Libia, sino una transición pacífica
EE UU y los países europeos, con el apoyo de la Liga
Árabe, tratan así de vencer las reticencias de Rusia, el último aliado del
Gobierno de Siria en el Consejo de Seguridad. Los líderes rusos llevan días
oponiéndose a la propuesta de resolución redactada por la Liga Árabe y los
países de la Unión Europea. El viceministro de Exteriores ruso, Gennady
Gatilov, ha dicho a la agencia Interfax que esas medidas de presión diplomática
en la ONU están colocando a Siria “en el camino a la guerra civil”. “El
borrador occidental de resolución relativa a Siria en el Consejo de Seguridad
no conducirá a una búsqueda de consenso”, añadió Gatilov. El Consejo de
Seguridad ya se había reunido el viernes para debatir la propuesta.
En la resolución, se subraya “la grave preocupación por
la continua transferencia de armas a Siria, que alimenta la violencia” y se
pide a los estados miembros “que adopten las medidas necesarias para evitar el
tráfico de armas”. Es una advertencia a Rusia, que mantiene un puesto militar
en el puerto sirio de Tartous, donde tiene unos 600 empleados de su
Departamento de Defensa. Washington criticó duramente a Moscú este mes por
enviar munición a Damasco y por haber aprobado recientemente una venta de 26
aviones de entrenamiento avanzado Yak-130 por 420 millones de euros, según el
diario ruso Kommersant.
Moscú defiende esas transacciones como compromisos
adquiridos antes de la campaña de represión. Este lunes, en una visita a Australia,
el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo a la televisión pública
australiana: “No somos amigos ni somos aliados del presidente Asad”. “Nunca
hemos dicho que mantener al presidente Asad en el poder sea la solución a la
crisis. Lo que hemos dicho es que depende de los sirios decidir cómo gobernar
el país”, añadió. Aun así, avanzó que su Gobierno nunca permitirá la
autorización a una intervención militar como aquella con la que la OTAN derrocó
al régimen libio de Muamar Gaddafi.
En su intervención en la reunión del Consejo, la
Secretaria Clinton quiso calmar a Rusia, diciendo: “Sé que hay algunos miembros
a quienes les preocupa que el Consejo de Seguridad se encamine hacia una nueva
Libia. Esa es una falsa analogía”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki
Moon, ha advertido hoy de que la escalada de violencia en Siria supone
"una amenaza" global e instó al Consejo de Seguridad a que finalmente
apruebe la propuesta de resolución. "Espero honestamente que los miembros
del Consejo de Seguridad actúen de forma unitaria en esta ocasión, para actuar
de forma coherente", dijo en una visita oficial a Jordania, según informa
AP.
La violencia en las calles sirias se ha intensificado en
los últimos días. El lunes murieron 100 personas, 55 de ellas civiles, según la
organización Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Este lunes han
fallecido otras 30 personas, según otra agrupación, los Comités de Coordinación
Local.