9/Enero/2012 Oscar Martínez Hernández, alias Cali, el boricua que figuró durante 12 años en la lista de los Más Buscados en la Isla hasta que fuera arrestado el miércoles en Venezuela, tiene intenciones de solicitar asilo político en ese país.
Martínez Hernández está acusado a nivel estatal por asesinato y robo, y a nivel federal por narcotráfico.
El abogado de su familia, Ricardo Izurieta, le dijo a este diario ayer en entrevista desde Maracaibo que el hombre de 39 años entiende que el Gobierno de Estados Unidos ha perseguido a su familia y, por lo tanto, solicitará asilo en el país donde supuestamente vive hace casi diez años.
“Él está solicitando asilo por la forma tan inusual en que se intervino con él. Lo arrestaron mientras viajaba con su esposa e hijos a un parque. Lo tienen completamente aislado y no le permiten hablar con un abogado o familiar o ser llevado ante un juez. Hay una secretividad total”, dijo Izurieta.
El abogado alegó que la familia de Martínez Hernández desconoce dónde se encuentra Cali, aunque informes periodísticos dan cuenta de que fue trasladado en la mañana del sábado por Efectivos de la Guardia Nacional desde la sede del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) hasta el Aeropuerto Internacional La Chinita.
De ahí partió a Caracas en un avión de la Fuerza Armada. Izurieta indicó que Cali está convencido de que el Gobierno de Estados Unidos persigue a su familia y por eso solicitará asilo.
En un pliego acusatorio federal del año pasado, aparecen los nombres de su hermana Petra, su mamá Blanca y otros familiares como integrantes de la pandilla que controlaba el narcotráfico en la barriada La Perla. El presunto cabecilla del grupo es el líder comunitario Jorge Gómez, alias Cara de Truck.
Martínez Hernández se encontraba en Venezuela como indocumentado y utilizando una cédula de identificación falsa, según ha trascendido.
“Al ser perseguido buscaba disfrazar su identidad”, dijo Izurieta quien aclaró que Cali también tiene abogados venezolanos admitidos a la práctica del derecho en su país.
Se publicó en la prensa venezolana que intentó sobornar a unos policías de Maracaibo para que lo dejaran ir, pero Cali sostiene que él fue la víctima de extorsión a cambio de que se le dejara libre. Martínez Hernández, quien aparece en otros pliegos acusatorios al nivel federal por narcotráfico, vivía en Maracaibo donde se casó con una venezolana. Tiene un varón de 7 años y una niña un poco menor.
Elemento de desconfianza
A juicio de Ignacio Rivera, veterano abogado en la esfera federal, donde también se desempeñó como fiscal, la única avenida que tiene Martínez Hernández es que el Gobierno de Venezuela no confíe en el sistema de justicia estadounidense. Este elemento de desconfianza en el sistema jurídico de otro país es una de dos circunstancias en las cuales, usualmente, se solicita asilo político.
La otra razón, dijo Rivera, es que el interesado entienda que, de ser deportado, se expondría a torturas o represalias por razones políticas o étnicas.
Alta tensión
Al no existir relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela, la extradición de Cali es negociada entre la oficina de alguaciles en Puerto Rico, la Interpol en Washington y el Gobierno venezolano.
Como ejemplo de las pésimas relaciones entre ambos países, ayer EE.UU. expulsó a la cónsul venezolana en Miami por supuestamente tener conocimiento de un ciber ataque contra computadoras del Gobierno estadounidense.
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