4/Enero/2012 Los caucuses de Iowa han acabado con un virtual empate entre Mitt Romney y Rick Santorum (ambos con un 25% de votos y separados por solo ocho sufragios, con ventaja para Romney) que no aclara gran cosa de cara a la designación del candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos.
En tercer lugar ha quedado Ron Paul, lo que no constituye una gran sorpresa ni convierte a este particular político que se define como un conservador libertario en un aspirante con posibilidades de cara a las próximas primarias.
Newt Gingrich y Rick Perry, dos candidatos de más experiencia y peso político, han acabado en cuarto y quinto lugar, respectivamente. No hay dudas sobre la permanencia del primero en la carrera con la esperanza de que desfallezcan algunos de los que anoche quedaron por delante, lo que es bastante probable. Perry ha sorprendido al anunciar que reconsiderará su campaña tras los resultados. "He decidido regresar a Tejas para considerar si hay un hueco en estas primarias para nosotros", ha dicho.
La gran decepción de la jornada fue para Michele Bachmann, que no pudo llegar al 10% de los votos a pesar de sus sólidas credenciales conservadores y del hecho de haber nacido y crecido en el Estado de Iowa.
El favorito a la victoria final en las primarias, Romney, se medía en Iowa a personajes de segunda fila y, pese a eso, no pudo mejorar los resultados que obtuvo en 2008, lo que demuestra que aún no se ha ganado el corazón del partido y que su techo electoral es difícil de rebasar. Sigue siendo el favorito y es casi segura su victoria la próxima semana en New Hampshire, pero no ha avanzado mucho en lo que constituía su principal reto: dar un golpe de efecto que demostrara que es un candidato indiscutible.
La angustia de los republicanos por encontrar al candidato en torno al cual aglutinarse con confianza continuará después de Iowa, así como también los rumores de que aún hay tiempo para que otro aspirante —el mirlo blanco que todo el mundo busca— entre en la carrera. Romney ni siquiera ha conseguido deshacerse definitivamente de Gingrich, quien aún puede tener un renacimiento en Carolina del Sur o Florida. Tampoco de Perry, que tiene el dinero suficiente como para hacerle sombra al favorito todavía durante algún tiempo.
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