27/Enero/2012
Madrid, España —
El total de desempleados aumenta en 577.000 personas en 2011 y la tasa alcanza
el 22,85%.- La recesión acelera la destrucción de empleo, que se lleva 600.000
puestos de trabajo.
Más allá de las
previsiones económicas, la mejor prueba de que ha empezado otra grave recesión
la acaba de dar la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de
2011.
Tras cuatro años de crisis, sin atisbo de recuperación,
el mercado laboral español ha encajado uno de los golpes más duros. Solo en el
epicentro de la Gran Recesión, en el paso de 2008 a 2009, el impacto fue mayor.
Según la EPA, entre octubre y diciembre de 2011 se
perdieron 348.000 puestos de trabajo y aumentó el paro en 295.300 personas
respecto al tercer trimestre. El balance provisional de la crisis es demoledor:
el desempleo alcanza ya a 5,3 millones de personas. Desde finales de 2007 se
han destruido 2,7 millones de empleos, el 55% en el sector de la construcción.
Es la primera vez que se superan los cinco millones de
parados en el mercado laboral español. En los últimos días, el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, y ayer mismo, el ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, habían aventurado que se llegaría a 5,4 millones de parados al cierre
de 2011. La cifra suministrada por el INE es menor (5.273.600 parados), pero,
en parte, por razones muy poco tranquilizadoras.
La pésima situación laboral llevó a 53.400 personas a
dejar de buscar trabajo en el cuarto trimestre. Solo en el verano de 2009 hubo
una caída de la población activa mayor. Y en este caso, pesa mucho más el
efecto desánimo entre los trabajadores españoles, que las salidas del mercado
laboral de los trabajadores extranjeros.
Con estos datos, la tasa de paro se sitúa en el 22,85% de
la población activa, 1,35 puntos porcentuales más que en el trimestre anterior.
En la serie estadística permanece aún como máximo histórico el 24,5% alcanzado
en 1994, aunque según un análisis del Banco de España, si el paro de aquel año
se calculase con los criterios actuales equivaldría al 18,2%, otro indicador de
la envergadura de esta crisis.
Es en la destrucción de empleo, la variable más seguida
por los expertos, donde se hace notar el inicio de otra grave recesión, donde
se vuelve a lo peor de esta grave crisis. La pérdida de puestos de trabajo ha
superado los peores augurios: solo en el tramo final de 2008 y en el arranque
de 2009, el semestre negro en el que el número de ocupados bajó en 1,2 millones
de personas, hubo un descenso trimestral (348.000 menos) tan acusado.
La comparación anual es, también, elocuente. Analistas
Financieros Internacionales (AFI), uno de los pocos servicios de estudios que
ha incorporado ya los efectos del ajuste fiscal para compensar la desviación
presupuestaria de 2011, pronosticaba una merma en la ocupación de 500.000
personas respecto al mismo trimestre de 2010. Y, en base a esa y otras
variables, anticipaba un retroceso del PIB del 0,4% en el último trimestre de
2011 y una caída anual del 1,3% en 2012, las cifras de una recesión profunda.
Los datos de la EPA pintan un escenario aún peor, que también ha dejado atrás
las proyecciones del Banco de España: al cierre del año pasado, la caída del
empleo supera las 600.000 personas en esa comparación anual. Y se debe en buena
parte a la pérdida de contratos indefinidos entre los asalariados, señal de que
la crisis vuelve a extenderse. En el cuarto trimestre, sin embargo, fue mayor
la incidencia entre el empleo temporal, muy ligado a la campaña de Navidad y,
por tanto, la débil respuesta del consumo.
"La tasa anual de destrucción de empleo, el 3,26%,
es tres veces peor de la observada hace apenas un año, cuando se pensaba que había
síntomas de recuperación del empleo, hasta que la crisis del euro y el colapso
de las finanzas públicas en España vino a sacarnos de ese planteamiento",
concluye el servicio de estudios de la patronal de empresas de trabajo
temporal, Agett.
El ajuste fiscal se deja notar en el empleo público, con
la pérdida de 84.500 asalariados en el trimestre, aunque sigue siendo el sector
privado el que concentra la destrucción de puestos de trabajo. El enorme
deterioro acumulado por el mercado laboral se vocea en las estadísticas. Más de
la mitad de los parados llevan más de un año buscando trabajo; la destrucción
de empleo se extiende a todos los sectores, salvo la agricultura; el 48,5% de
los menores de 25 años están desempleados; el número de hogares con todos sus
miembros activos en paro supera por primera vez los 1,5 millones...
Por comunidades, Andalucía y Canarias (con tasas de paro
por encima del 30%) y Navarra y el País Vasco (menos del 14%) marcan los
extremos del mercado laboral. En el cuarto trimestre, la Comunidad de Madrid (50.300
parados más) y Baleares (71.000 empleos menos) se llevaron la peor parte.
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