25/Enero/2012 Santo
Domingo.- Las dos viajeras que fueron sorprendidas el martes con 58 mil 57
dólares no declarados, cuando retornaron al país por el Aeropuerto Internacional
de las Américas, procedentes de la ciudad de Nueva York, son hermanas del joven
Eduardo Baldera Gómez, quien en 2009 supuestamente fue secuestrado y logró
escaparse luego de abrir las esposas con un “palito”.
Oficiales de Seguridad e Inteligencia de la Dirección
General de Aduanas (DGA) se incautaron de los 58 mil 57 dólares a las
hermanas Carmen Yanelfi y Yadelkis Altagracia Baldera Gómez quienes
dijeron a los agentes aduaneros que solo traían 10 mil dólares, pero cuando los
oficiales procedieron a revisar sus equipajes descubrieron que mentían porque
traían oculto en medias deportivas el resto del dinero.
Según informó Aduanas este martes, cuando a las hermanas
Baldera Gómez se les preguntó por qué no declararon el dinero, dijeron que no sabían
de su existencia. Las detenidas llegaron al país desde Nueva York, Estados
Unidos, en el vuelo 825, de la aerolínea Jet Blue.
La Ley 70, sobre Lavado de Activos, dispone que las
personas que salen o lleguen al país están en la obligación de declarar el
dinero con que viajan a partir de la cantidad de 10 mil dólares.
La comisión, dirigida por el procurador adjunto Ramón
Arístides Madera Arias, determinó que Díaz y Batista Checo no pudieron batirse
a tiros con la patrulla que los tenía bajo custodia, porque estaban esposados
Conforme la propia ley si el viajero no hace la
declaración correspondiente puede ser sometida a la justicia y el dinero
decomisado por las autoridades de la DGA.
Este hecho vuelve a poner de relieve la oscura historia
del supuesto secuestro de Eduardo Baldera Gómez ocurrida en 2009, que dio lugar
a la muerte de dos hombres, al secuestro y desaparición de un tercero, y a
apresamientos arbitrarios y torturas de varias personas más, a los cuales la
Policía Nacional acusó de estar vinculados a grupos revolucionarios radicales.
Un secuestro que muy pocos creyeron
La forma en que concluyó el supuesto secuestro y la
muerte de dos hombres a manos de la Policía Nacional, a pesar de que habían
sido previamente apresados, generó muchas dudas en la opinión pública.
Esa situación se vino a agravar luego de que la
Supertendencia de Bancos cerró en el mes de noviembre de 2009 las casas de
cambio propiedad de Francisco Baldera, padre de Eduardo Baldera Gómez, por
carecer de autorización. Las casas de cambio operaban en Nagua y en Samaná.
Asimismo, a raíz de la muerte de Cecilio Díaz (alias
Manuel) y Willian de Jesús Batista Checo, que fueron apresados y asesinados de
manera fría por agentes policiales, además del secuestro y desaparición de Juan
Almonte Herrera, la PN siguió perdiendo credibilidad porque el entonces jefe
policial, general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, se inventó un tiroteo que
habría ocurrido la madrugada del 11 de octubre de 2009, en el cual habría sido
muertos los dos primeros hombres en un supuesto “intercambio de disparos”.
Pronto la mentira del general Guzmán Fermín quedaría al
descubierto cuando se presentaron fotografías y vídeos que mostraban a los dos
hombres, en lugares y en momentos distintos, detenidos y bajo control de
los agentes policiales, lo que evidenció que fueron fríamente asesinados.
Ante el escándalo, las autoridades del Ministerio Público
se vieron obligadas a integrar una comisión para investigar el caso. La comisión,
dirigida por el procurador adjunto Ramón Arístides Madera Arias, determinó que
Díaz y Batista Checo no pudieron batirse a tiros con la patrulla que los tenía
bajo custodia, porque estaban esposados.
La patrulla policial asesina estuvo integrada por el
teniente coronel Alberto Trejo Pérez, los mayores Jesús Rafael Tejada y
Franklin E. Santana Martínez, además de los segundos tenientes José Luis
Peralta Valentín y Catalino de Jesús Pérez.
La investigación confirmó que Díaz fue apresado por el
alcalde pedáneo de la sección Sabana Cruz, de Villa Vásquez y entregado vivo al
capitán de la Policía Nacional Inocencio Rivas, y que Batista Checo fue
detenido por Pedro María Cruel, alcalde pedáneo de la sección Los Conucos, del
mismo municipio, y entregado al alférez de fragata (segundo teniente) Ramirito
Dumé Nina, de la Marina de Guerra.
La comisión concluyó que oficiales y sus subalternos
mataron a los dos hombres, violando la ley, y luego trataron de simular un
intercambio de disparos que nunca ocurrió, mentira que contó con el aval del
general Guzmán Fermín.
“La gran cantidad de disparos que les infirieron a ambos
(a Díaz unos 7 balazos y a Batista Checo 4, incluyendo con fusil cañón corto),
así como por la trayectoria de los mismos, hace presumir que no se produjo el
citado enfrentamiento a tiros y que existió la intención de matarlos”, indicaba
el informe.
En el caso de Juan Almonte, desaparecido, no se ha
determinado su paradero ni hay ninguna persona presa o bajo investigación.
Leonel ascendió a los matones
Al año siguiente, en el mes de febrero, el presidente
Leonel Fernández premió con un decreto de ascensos a los integrantes de la
patrulla policial que mataron a Cecilio Díaz (alias Manuel) y Willian de
Jesús Batista Checo, decisión que le generó duras críticas en la opinión
pública.
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