El boricua dominó de principio a fin el combate hasta que fue detenido el décimo asalto. Reviva las incidencias de la pelea
NUEVA YORK - En la noche más importante de su carrera profesional, Miguel Ángel Cotto Vázquez cobró dulce venganza noqueando a Antonio Margarito anoche, ante 21,239 fanáticos pagos en La Meca del Boxeo, el Madison Square Garden de Manhattan.
El fin vino tras nueve asaltos de combate y antes de que comenzara el décimo, cuando el réferi Steve Smoger detuvo la contienda debido a que Margarito había recibido demasiado castigo en sus previamentes lesionados pómulo y ojo derecho.
Con la victoria, Cotto retuvo su título 154 libras de la Asociación Mundial de Boxeo y manteniendo viva la racha puertorriqueña de sobre 36 años con al menos un campeón mundial activo.
“Margarito es un peleador fuerte. Pero yo soy mucho mejor que él”, dijo Cotto tras la pelea. “Estoy muy contento y orgulloso de lo que logramos hoy”.
Lo primero que el boricua hizo tras subir al ring al ritmo de Calle 13 fue arrodillarse frente a una de las esquinas neutrales, bajar la cabeza, rezar y persignarse. Poco después, Margarito, con barba y el pelo tejido en trenzas, hizo lo mismo en la esquina azul.
Cotto abrió el primero acertando una derecha en contragolpe y una fuerte combinación, para luego hincar a Margarito con el jab mientras boxeaba en retroceso. También marcó el cuestionable pómulo derecho del mexicano con el jab de izquierda y lo siguió con un potente oper.
Margarito ripostó con una larga derecha al final del episodio, que fue claramente del boricua.
Lo primero que hizo Francisco Espinoza durante el minuto de descanso fue trabajar el pómulo derecho a su púgil.
En el segundo, Cotto abrió agresivo, pero la presión del azteca lo puso a boxear en reverso. Aún así, conectaba los mejores golpes y mostraba una hermética defensa ante la artillería opositora.
Pero Margarito apenas calentaba y cerró con un fuerte derechazo al abdomen de su oponente.
Mientras esperaba la campana del tercero, Junito tocó dos veces el tatuaje de su padre que lleva en la espalda, como diciéndole que la venganza venía en camino.
En ese episodio el ojo derecho de Margarito comenzó a hincharse y sangrar levemente. El azteca buscó el intercambio rudo. Cotto se lo dio, imponiendo respeto con fulminantes ganchos en el cuerpo a cuerpo, que tambalearon al Tornado de Tijuana.
Cuando sonó la campana del final del tercero , el rostro de Margarito estaba hinchado y lucía algo frustrado.
Cada vez que le pegaban en el ojo, Margarito sonreía. Cotto le dió una sólida derecha a la cual el mexicano respondió moviendo su cabeza en negativa. Pero Miguel mantuvo la calma y seguía en desplazamiento lateral. El de México coló buenas manos a mitad del cuarto, cuando Cotto pareció buscar descanso. Fue un round cerrado, en parte porque el boricua bajó su ritmo ofensivo.
Cotto parecía iniciar a sentir los estragos del duro ritmo del combate.
Para el quinto, fue Margarito quien impuso el paso y acortó la brecha. El de Caguas se fue de espalda a las cuerdas por primera vez en el encuentro. También sorprendió de entrada a su rival, recibiéndolo con izquierdas al rostro.
Antes del sexto, un médico oculista subió a la tarima e inspeccionó el daño que Margarito tenía en el lado derecho de su rostro. Siguió visitando la esquina en los periodos de descanso posteriores.
En ese capítulo, Cotto mostró grandes movimientos de cintura evadiendo la ofensiva contraria, pero apenas tiró. Cuando buscaba un respiro, amarraba hábilmente a su rival, algo que nunca hizo en el primer encuentro. Su jab fue certero.
Margarito lastimó a Cotto con un recto y oper en el séptimo, pero el boricua respondió poco después con una ráfaga. A mitad de capítulo tomó un segundo aire, y jugó con Margarito usando vistoso desplazamiento y contragolpeo.
En la esquina del mexicano entre los rounds, la preocupación aumentaba marcadamente. Margarito tenía el ojo derecho casi cerrado.
Cotto salió brioso en el octavo y marcó el inflamado rostro de su contrario con una seguidilla de ganchos cortos. El referí Steve Smoger comenzó a mirar de cerca el ojo del Tornado de Tijuana. Fue un round totalmente del campeón.
Los médicos parecían listos para detener el combate, pero le dieron una ultima oportunidad en el noveno a Margarito, quien salió a rifarse.
Tiró de todo. Pero Cotto evadió la mayoría y conectó unos cuantos de los suyos.
Cotto continuaba creciéndose. Castigaba con más fuerza, e incluso doblaba rodilla para evitar los abiertos golpes contrarios.
En un momento del décimo, Margarito conectó a su rival y le gritó: “?Te dolió?”.
Aunque había mantenido la compostura hasta entonces, Cotto no pudo contenerse y se fue a un violento intercambio, el cual ganó con dos recias izquierdas.
Antes de la campana que finalizó el 10, los médicos de la comisión esperaban a Margarito en su esquina. Observaron el ojo del púgil y uno de ellos, el doctor Anthony Curreri, dijo: “Eso es todo”.
Espinoza seguía trabajando el ojo de su púgil mientras decía pedía un round más. Luego de casi dos minutos de cabildeo, Smoger miró el ojo de Margarito y detuvo la pelea.
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