Durante la segunda plenaria de esta cumbre iniciada ayer, el presidente de Venezuela y anfitrión, Hugo Chávez, anunció que se aprobarán a su término tres documentos- la Declaración de Caracas, un plan de acción y otro de índole procedimental.
En la plenaria estuvieron presentes una treintena de jefes de Estado y Gobierno, después de que algunos abandonaran esta madrugada Caracas, como la brasileña Dilma Rousseff, la argentina Cristina Fernández y el mexicano Felipe Calderón, y se sumara el chileno Sebastián Piñera. Los únicos ausentes fueron el peruano Ollanta Humala, la costarricense Laura Chinchilla y el salvadoreño Mauricio Funes. El mandatario de Guatemala, Álvaro Colom, abrió esta segunda plenaria con un llamado a fortalecer la cooperación sur-sur en el seno de la CELAC, al agradecer el apoyo que ha recibido su gobierno especialmente para la lucha contra el crimen organizado.
Esa cooperación sur-sur ha sido la que ha permitido "visualizar que no somos victimarios, ni violentos, sino que somos víctimas del narcotráfico", aseveró Colom, que estuvo acompañado en Caracas del presidente electo de su país, Otto Pérez Molina. A su juicio, "el narcotráfico es un problema que se ha globalizado, es un problema mundial", advirtió, al afirmar- "nuestra región está seriamente amenazada por el crimen organizado".
En términos de seguridad regional también se expresó el colombiano Juan Manuel Santos, quien respondió a los mensajes que las guerrillas de las FARC y el ELN difundieron con motivo de esta cumbre y en los que expresaron su voluntad de dialogar por la paz. "Habrá diálogo cuando el Gobierno de Colombia y los 46 millones de colombianos aburridos de la violencia" vean "una voluntad" cierta de los guerrilleros de negociar la paz, manifestó Santos, al aludir a las consecuencias del único conflicto armado activo en América. A su turno, el presidente chileno, Sebastián Piñera, destacó que la unidad es el único camino para los países de América Latina y el Caribe ante la "tremenda" oportunidad histórica que se les presenta, palabras semejantes a las expresadas el viernes por sus colegas de Brasil y Argentina ante la cumbre.
"Estamos sin duda en una gran situación y tenemos una tremenda oportunidad de lograr aquello que nuestros padres, abuelos y quienes nos antecedieron nunca lo lograron", señaló, al considerar- "no tenemos derecho a dejar pasar esta oportunidad". Piñera habló del problema del narcotráfico y también del conflicto marítimo con Bolivia, al manifestar al presidente Morales "la firme voluntad" de su Gobierno de "avanzar por los caminos del diálogo para encontrar soluciones útiles, concretas y factibles". Poco antes, el boliviano había pedido que la CELAC respalde el derecho de su país a recuperar la salida al de Marzo que perdió al ser derrotado por Chile en una guerra de finales del siglo XIX. "Bolivia quiere estar en igual de condiciones con otros estados, con acceso libre y soberano al mar", aseveró el boliviano.
El mandatario panameño, Ricardo Martinelli, pidió la creación de una Secretaría Permanente de la CELAC, que nace con el patrimonio político del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina sobre Integración y Desarrollo (CALC). "Tenemos que ser más proactivos", indicó, al sugerir el emplazamiento de ese órgano en Panamá, por su situación en el centro del continente y los inicios independentistas impulsados por el libertador Simón Bolívar con un congreso celebrado allí en 1826. Por último, los países caribeños lamentaron estar fuera de la troika que dirigirá la nueva CELAC y pidieron un puesto permanente en esa cúpula para dejar de ser un "apéndice", iniciativa que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió estudiar.
Así lo expresó en nombre de los caribeños la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar- "si queremos hacer las cosas distintas, como las quiere hacer la CELAC, es importante que consideremos hacer el cuarteto porque, en el pasado, el Caribe ha sido un apéndice de todos los escenarios mundiales". EFE
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