Escrito por: CARMEN MATOS
No todos los estudiantes que se inscriben en la Universidad Autónoma llegan con la suerte de los que aparecen en esta foto. En ocasiones se les matricula sin la certeza de que aparecerá espacio para la docencia.
Cuando a un estudiante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) le aparece en su hoja de selección de asignaturas que la ubicación de su aula es en RD, ya sabe lo que eso quiere decir: “en algún lugar de la República Dominicana”.
Con un déficit de 172 aulas sólo para recibir a su matrícula de la sede y otras para descongestionar las existentes, los alumnos sufren en ocasiones que se les asignen de las “aulas que no existen”, lo que quiere decir que junto a su profesor y compañeros pasará el semestre buscando un espacio libre para la clase.
Igual ocurre con los laboratorios, en que se ha identificado la necesidad de construir 91 nuevos, además de los talleres y las aulas especializadas.
Por eso, las autoridades universitarias identificaron entre sus prioridades la construcción y equipamiento urgente de 220 nuevas aulas para el próximo semestre, las cuales permitirían amortiguar el déficit.
Empero, la iniciativa depende de que se modifique el presupuesto asignado a la UASD para el año 2012, y que sea de RD$8 mil millones y no de RD$4,700 millones, como fue planteado.
Mapa de la crisis. La sede de la universidad tiene 373 aulas, 110 laboratorios, 27 talleres y 28 aulas especializadas, una serie de espacios que se quedan cortos para su matrícula de 107,317 estudiantes.
Como explicó la supervisora de Planeamiento Físico de la UASD, Bethania Vicioso, sólo en la sede hay 100 aulas inexistentes, que son asignadas a los alumnos en cada semestre.
La limitación de espacio no se queda sólo en la sede central, se extiende además a los 12 centros regionales, que en total necesitan de 80 nuevas aulas y 77 laboratorios de ciencias, de acuerdo a declaraciones del director de la Oficina de Planificación Universitaria (Oplau), Félix Gómez.
La falta de aulas es un producto del descuido de los años
La carencia de espacios para la docencia tiene su origen en que la universidad no ha incrementado sus salones de clases en la misma medida en que ha crecido su matrícula a través de los años. Además, en que las distintas edificaciones que el Gobierno avanza dentro del recinto académico prioriza las oficinas administrativas y parqueos, sin incluir siquiera una nueva aula.
En ese orden, el rector, Mateo Aquino Febrillet, destaca que la falta de aulas pudiera ser amortizada con la terminación de las mejoras que se construyen desde hace cuatro años en los edificios Rogelio Lamarche, Eugenio María de Hostos, Máximo A. Blonda y Juan Isidro Jiménez.
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