Jesús Fernández Vélez |
El periodista y escritor Miguel Guerrero afirmó ayer que la militancia en determinada corriente política de muchos periodistas contamina la prensa y que ese es uno de los peores males del ejercicio de la libertad en el país.
“Toda crítica es vista así como una forma de oposición, como si la oposición fuera además un crimen en una sociedad abierta y pluralista, olvidando de este modo el inconmensurable valor que el ejercicio de esta y la práctica de un periodismo libre, ajeno a toda influencia extraña a él mismo, representan para la vida democrática de una nación que se precia de sustentar esos valores”, manifestó.
El experimentado comunicador se expresó en esos términos al participar en el panel “La prensa en la transición a la democracia”, organizado por la Fundación Hermanos de la Maza, en el Archivo General de la Nación.
Amenazas. Guerrero refirió que la ausencia de institucionalidad y el libertino poder discrecional de los funcionarios públicos, ejercen una despiadada presión sobre la propiedad de los medios, intentando mediatizar su rol, en base a sutiles amenazas de diversa índole.
“Como vigilante de las libertades, la prensa debe mantener una posición crítica frente a los poderes, especialmente el Gobierno, por la naturaleza autoritaria de éste. Ese rol se hace más necesario en países como el nuestro, sin instituciones fuertes y débil tradición democrática”, agregó.
Defensa. Para el comunicador y productor de televisión, en diferentes etapas, esa obligación fundamental ha cedido espacio ante un esfuerzo brutal de control de los medios a través de la adhesión, a veces casi fanática, de muchos de los que trabajan en ellos, y a pesar de la obstinada resistencia de una parte importante de la prensa que ha sabido defender su honor y su libertad de opinión.
En el ámbito periodístico, la fuerza de intimidación de los gobiernos en este país ha sido siempre superior a la capacidad de aguante de algunos medios y de muchos periodistas, acotó.
En su intervención, Guerrero dijo además, que desde la funesta etapa de terror de la llamada Era de Trujillo, no se conoce otra etapa de la vida nacional caracterizada por un esfuerzo tan sostenido para uniformar la opinión pública por efecto de un control de programas de radio, televisión y columnas escritas, como la presente.
“Si bien es cierto que otros gobiernos han intentado lo mismo, preciso es reconocer que jamás se había alcanzado tanto éxito. Tan abrumadora corriente mediática destinada a proteger las acciones del gobierno es fruto no sólo de la adquisición de talento, sino también de la identificación de propósitos, lo cual, sin duda, le asigna cierta legitimidad”, agregó el profesional del periodismo.
A su entender, afortunadamente la mayoría de los medios importantes ha sabido preservar su independencia “y ellos constituyen hoy la más sólida garantía de defensa de las libertades democráticas”.
Desafíos
Los periódicos gratuitos, fenómeno éste que ha precipitado la desaparición de varios medios, reducido dramáticamente la circulación de otros y provocado bruscos movimientos en las preferencias del público, unido al auge de los portales digitales, constituyen grandes desafíos para el periodismo tradicional, precisó. El comunicador dijo además que los medios tendrán necesariamente que analizar su posición a la luz de estas nuevas condiciones en que se desenvuelve el periodismo escrito del país.
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