Tent City una nueva ciudad americana |
Marilyn prepara la cena mientras espera a su esposo. Este lugar en medio del bosque es todo "lo que se pueden permitir ahora". Hasta hace dos años, esta diseñadora industrial tenía un condominio en pleno centro de la ciudad de Nueva York, ganaba un cuarto de millón de dólares al año y disfrutaba de viajar por el mundo y coleccionar aves exóticas. Hoy, sin embargo, todo eso terminó: la crisis financiera la ha convertido en una desamparada.
"La industria para la que yo solía trabajar cerró y se fue a China. La mayor parte tenía base en Nueva York. Hoy tenemos solo un 2% de lo que fue hace 15 o 20 años. Yo sabía que iba a perder mi trabajo, aunque le había dado a ganar millones de dólares a la compañía que me empleaba. Y hoy cuando busco trabajo me dicen que estoy demasiado vieja como para conseguir un empleo y soy demasiado joven como para recibir los beneficios del seguro social", dijo Marilyn Barensweig, residente de Tent City.
Tent City es una comunidad de indigentes ubicada entre la ciudad predominantemente judía ortodoxa de Lakewood y las autopistas que salen de la ciudad de Nueva York hacia Nueva Jersey.
Este es el hogar de varias víctimas de la debacle económica que empezó en el 2008 y que se mantiene hasta nuestros días causando estragos en todos los sectores laborales del país. Según las cifras más recientes de la Oficina del Censo Norteamericano, en Estados Unidos hay más de 46 millones de personas viviendo en el límite de la pobreza. Y Stephen Brighman es un misionero que los ayuda a sobrevivir en estas circunstancias, mientras lleva la organización de todo el campamento.
"He visto todos los aspectos del fenómeno de los desamparados. Pero recientemente los problemas financieros de la gente terminan haciéndolos vivir en nuestro campamento. Por ejemplo, personas que ganaban cientos de miles de dólares al año en la ciudad de Nueva York se quedaron en la calle. Definitivamente algo malo está ocurriendo con la economía estadounidense, el trabajador está sufriendo", indicó Stephen E. Brigham, administrador de Tent City.
Juan trabajó durante varios años en un frigorífico industrial, pero cuando se lastimó la pierna la empresa para la que trabajaba lo despidió y abandonó a su suerte. "Esa gente no tiene corazón, para ellos su único corazón es una cuenta en el banco. Deberían rezarle a Dios para que cambie. Lo verás en toda la industria, el patrón siempre te va a tratar mal. Mientras el obrero esté produciendo, eres bueno; una vez que no sirvas, que te fractures un pie o lo que sea, negará que has trabajado con él. Una patada es lo que recibes", afirmó Juan de la Cruz, residente de Tent City.
En términos de opinión publica, el problema de los desamparados estadounidenses no es nuevo, pero la proporción numérica de individuos que pertenecían a la clase media y ya no, sí lo es.
Según los expertos, la nueva tendencia es distinta en estos momentos de crisis económica. Y es que abogados, médicos, ingenieros, comerciantes, artistas e, incluso, hombres de negocios, pueden terminar perdiéndolo todo y mudándose a campamentos como este.
Tal es el caso de Doug Hardman, quien era propietario de un próspero negocio de construcción cuando la crisis financiera tocó a su puerta. "Trabajé toda mi vida, empecé mi negocio de construcción, tenía dinero, dos hijos, esposa… uno de mis hijos es un ingeniero de cohetes… Ahora vivo aquí. La gente piensa que estoy aquí porque soy un vago, pero eso no es verdad. Yo solía vivir bien, esta crisis acabó con nosotros", dijo Doug Hardman, residente de Tent City.
Y mientras cae la tarde, Doug, Juan y el resto de habitantes de Tent City se congregan a escuchar música esperando días mejores pero, eso sí, habrá que aguardar mucho tiempo para que lleguen.
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