Por: Lery Laura Piña
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Ha pasado más de una semana desde que fue hallado el cadáver de la profesora Lenny Féliz Féliz y aun los moradores de ese pueblito costero no salen del espanto que les provocó el hecho, ocurrido el pasado 13 de julio en un monte cercano a Juan Esteban, la comunidad natal de la víctima, y descubierto el día 2 del presente mes. Nadie entiende lo ocurrido y muy pocos están dispuestos a hablar del crimen. Quienes lo hacen, hablan despacio, como si necesitaran mucho tiempo, primero, para componer sus frases y, luego, para intimidar con ellas, para creerlas. “Uno lo dice, pero no lo cree” dice Ivelisse Méndez, una vecina de la víctima, para explicar la desazón que acompaña a su familia desde que se supo la noticia. Los testimonios de los comunitarios de varias comarcas de Barahona a ratos lucen tan horrorosamente enmarañados como los relatos de Kafka. Quien los escucha queda atrapado en una sensación mezcla de indignación, espanto e incredulidad. Ni siquiera han podido recuperar el sueño desde entonces, narra. Y es que para todos, digerir que la maestra Lenny fue asesinada a pedradas y martillazos, y que Chito (como era conocido Fernando Carrasco Roque) participó en el crimen, es demasiado doloroso. Pero los lugareños no sólo no consiguen entender lo ocurrido por el drama y las emociones que siempre supone la muerte –y más aun cuando tiene estas características-, sino también por todas las aristas y tesis que gravitan alrededor de este espinoso caso. Las conversaciones de la gente, sobre todo las de los parientes de la víctima, parecen un intento constante de armar un rompecabezas del que nunca se tuvieron todas las partes. El afán de encontrar pistas que ayuden a aclarar el caso los hace escudriñar en sus recuerdos de una manera casi detectivesca: vuelven al pasado y todo lo que antes pudo parecerles cotidiano es ahora motivo de análisis, motor de sospechas o fomento de la incomprensión. Aunque el profesor Fernando Carrasco Roque, señalado como el mejor amiga de la víctima, confesó su participación en el crimen y explicó las supuestas razones que lo motivaron, lo cierto es que pocos se conforman con estas explicaciones y entienden que las verdaderas causas del crimen y hasta su autor intelectual aun son desconocidos. El rumor público y los propios parientes y personas cercanas a la profesora Lenny Féliz Féliz abordan muchas aristas y todas muy distintas entre sí. Entre las sospechas más comunes, y acariciada por una parte de la familia de la educadora muerta, está la posibilidad de que se haya tratado de un crimen pasional. Esperanza Féliz, la madre de la víctima, está convencida de que el autor intelectual del crimen de su hija fue su ex pareja, Luis Enrique Arboleda, un dirigente peledeísta muy conocido en la zona con quien Lenny había sostenido una relación amorosa durante más de once años y procreado a su hija menor, de ocho años de edad. La mujer dice que varias amigas de su hija le han confesado que ella había estado recibiendo amenazas de muerte de parte del señor Arboleda, quien supuestamente le había advertido que tenía poder suficiente para matarla sin ponerle una mano encima, y le expresaba con malsana ironía “que se cuidara en los caminos”. “Al autor de eso lo están encubriendo, lo están protegiendo, estoy segura de que eso la Justicia lo sabe. Yo sospecho de su ex marido, porque él la había amenazado, y ella se lo había dicho a varias personas, incluso a la otra hija mía. Ya ellos estaban dejados y él insistía, insistía, pero ya ella no quería nada con él, porque él tenía otras mujeres. Y él insistía en que, si ella lo dejaba, la iba a matar. Le llegó a decir “yo te puedo matar a ti sin siquiera ponerte la mano porque yo tengo dinero para pagar para que te maten”, y otro día le llegó a decir ‘cuídate en los caminos’..”, argumenta la mujer. Dice que su hija nunca le habló de esa situación para evitarle complicaciones de salud, pero sí conversó sobre las intimidaciones con varias amigas y al parecer algunas de ellas estarían dispuestas a atestiguar en el juicio. El ex esposo se defiende El señor Luis Arboleda, por su parte, niega rotundamente que haya amenazado a la maestra muerta alguna vez, y critica la “flojera” de la familia en la búsqueda de la víctima durante los 22 días que pasó desaparecida. Dice que le parecía extraña la calma con que manejaban el asunto, y que él auspició todas las iniciativas de buscar a la víctima y dar parte del problema a las autoridades. Esa actitud por parte de la familia puede estar relacionada con las esperanzas que había sembrado uno de los asesinos a través de los mensajes de texto que enviaba del celular de la profesora asesinada a una de sus hermanas. Estos mensajes le hacían creer a la familia que su pariente estaba viva y que se había ausentado de la comunidad por dos razones: la primera, huyendo de las amenazas de muerte que supuestamente le había hecho Arboleda y, la segunda, porque estaba muy enojada con algunos de sus parientes. Para la persona que escribió los mensajes no era difícil engañar a esta familia, puesto que prácticamente pertenecía a ella. “Eran unos mensajes muy íntimos, de cosas que sólo nosotros, los de la familia, podíamos saber”, había referido la madre de Lenny. En efecto, los había enviado Fernando Carrasco, el único imputado que ha aceptado tener responsabilidad en el caso hasta el momento, quien era uno de los mejores amigos de Lenny Féliz, su protegido y pareja de una prima hermana de la víctima que, incluso, había vivido en su casa durante algunos meses. Según cuenta Arboleda, los famosos mensajes le provocaron emociones contradictorias. Por un lado, los veía como una pista de que la mujer continuaba con vida y estaba bien; pero al mismo tiempo le generaban gran incertidumbre porque dudaba mucho que ella lo hubiera responsabilizado de su huida y acusado de hacer tales amenazas. “Lenny nunca en su vida escribió mensajes ni nada contra mí. No había motivos. Ella y yo teníamos una relación libre. Ella no me exigía a mí ni yo a ella. Ella me defendía en todo, y si estuviera viva me defendiera ahora”, dice. Agrega que él es el más interesado en que se resuelva el caso y se haga justicia porque incluso su vida corre peligro en estos momentos. “Quiero que se sepa que el más interesado en que se resuelva ese caso es Luis Arboleda. A mí me extraña ese cambio de la mamá y la hija, que lo que han hecho es dictar contra mí una sentencia de muerte”. Dice que en la familia de su ex pareja hay personas muy respetables y con mucho reconocimiento social, pero también “gente peligrosa” que lo ha amenazado de muerte. “Esa es la familia Florián Féliz, de Barahona. Son ellos. Pero yo soy un hombre que no me esconderé nunca. Estaré presente defendiendo que se haga justicia en el caso de Lenny. Aunque yo pierda la vida. Y si los Florián Féliz me ejecutan a mí, y finalmente me asesinan, porque eso es lo que ellos han dicho…”, expresa, dejando sin a concluir la última frase. Se refiere a la familia del narcotraficante Rolando Florián Féliz, asesinado a balazos en mayo de 2009 mientras cumplía una condena de 20 años de prisión en la cárcel Modelo de Najayo. Manifiesta que ya ha sido amenazado por al menos cinco personas: al primero que cita es a un hombre llamado Ernesto Féliz Florián, luego a otro a quien sólo identifica como Mario, a otro conocido solo como Mequí, a un cuarto al que llama Dany y, finalmente, a una señora conocida en la zona como Niña. Otra de las explicaciones extraoficiales que se le han dado al horrendo crimen es que podría estar vinculado al narcotráfico. Hace alrededor de un mes que algunas viviendas de la comunidad fueron allanadas (incluyendo la casa materna de la maestra asesinada) luego de que las autoridades hallaran en una playa de la zona una lancha rápida de la cual se sospechaba que había transportado un cargamento de drogas. Aunque pocos en la comunidad se atreven a dar detalles del caso de manera pública, en privado comentan que varias personas fueron detenidas por ser sospechosas de haber desmantelado y saqueado la embarcación. Entre los apresados citaban al profesor Fernando Carrasco, principal imputado en el caso del asesinato de la profesora Lenny Féliz, y tres de sus hermanos. Luis Arboleda sostiene que estos hechos en verdad tuvieron lugar y agrega que en esa ocasión su ex pareja lo mandó a buscar para pedirle que le ayudara a gestionar la salida de Fernando Carrasco y sus hermanos de la prisión. El fiscal Alberto Piñeiro, que en estos momentos está a cargo del caso, cita otros enfoques en los que se relaciona el crimen con riñas políticas y con denuncias sobre corrupción que habría hecho la maestra asesinada en el ayuntamiento en el que fungía como vicealcaldesa. La evolución de las declaraciones del principal imputado El caso se vuelve aun más complicado por lo inestable que ha sido Fernando Carrasco al relatar su versión de los hechos, llegando incluso a cambiar la historia casi de una manera radical entre un interrogatorio y otro, y a mudar de hombros el peso que tiene la autoría intelectual del crimen. La primera vez que fue interrogado por las autoridades, el día primero de este mes, afirmó que no sabía nada de la profesora desaparecida. Narró que ambos se dirigían a Barahona en una motocicleta que él conducía cuando al vehículo se le dañó la cadena y tuvieron que detenerse. Para no llegar tarde a su compromiso laboral, la maestra se habría montado en una camioneta gris de cuyo conductor Fernando no sabía nada. Al día siguiente, cuando admitió el asesinato, contó que condujo a la maestra a la trampa, pero responsabilizó a los profesores Luis Amauris Féliz Gómez y Sandro Feliz Santana de perpetrar el asesinato por presuntos celos profesionales que se habrían desencadenado luego de que la víctima ganara un concurso académico-laboral en el que también participó Féliz Gómez. Ahora los parientes de Lenny Féliz y el propio padre de Fernando Carrasco, el señor Santo Catalino Carrasco, afirman que en su última versión de los hechos el imputado señala a Luis Arboleda como la persona que ideó el crimen. El señor Carrasco aseguró esta semana en un programa de la radio local que Arboleda sentía celos de la amistad que había entre su hijo y la profesora Lenny, motivo que lo habría llevado a tomar la determinación de matarla. Según dijo, Arboleda tenía a su hijo Fernando amenazado con quitarle la vida a él (al padre) y a su esposa (la madre de Fernando) si no llevaba a la maestra al lugar en que se produjo el asesinato. Esta última versión no fue confirmada por el fiscal a cargo del caso, quien sostiene que se trata solo de otro rumor más y explica que tienen detalles que todavía no pueden ofrecer públicamente para preservar la salud de la investigación. Fiscal Piñeiro: es un caso muy complejo El magistrado Alberto Piñeiro, responsable de la investigación actualmente, advierte desde el inicio de la conversación que se está ante un caso muy complejo en el que las declaraciones de de los imputados son el elemento primordial en el curso de la investigación, pero no lo son todo y, de hecho, ni siquiera constituyen un elemento de prueba válido en el proceso judicial. Considera también que las hipótesis tan diversas que han proliferado en torno al caso son un elemento que lo hace más espinoso, pero a la vez duda que en el proceso se produzca un giro muy distinto al desenlace que se pudiera vislumbrar actualmente. Según dijo en una entrevista con este medio, todas las posibles causas del crimen señaladas anteriormente se están estudiando. “Todas son alternativas que se están investigando. Es un caso muy complejo que ahora mismo no arroja así una perspectiva determinada. Hay muchas versiones, muchas cosas que deben ser profundizadas e investigadas. Debe ser una investigación muy minuciosa. No es un casito”. Agrega que para poder dar respuesta a las familias de los involucrados y a toda la sociedad, la fiscalía de Barahona hizo varios equipos con la finalidad de avanzar más rápido en la búsqueda de elementos probatorios. Una de sus prioridades inmediatas del Ministerio Público es lograr que el tribunal varíe la medida de garantía económica para dos de los tres imputados por la de prisión preventiva para evitar perder pruebas, pero también para proteger sus vidas, puesto que entienden que en estos momentos el ambiente está tan impregnado de dolor e indignación que sus vidas corren mucho peligro. “La juez que otorgó la garantía económica no se dio cuenta de la gravedad del hecho. La comunidad podría tomar una represalia contra estas personas y hasta quitarles la vida. Son comunidades muy violentas”, explica el magistrado Piñeiro. Fue por este motivo precisamente que la jueza de Instrucción, Catalina Pérez Pérez, ordenó su traslado la Cárcel de Neiba pese a que oficialmente son reclusos de la cárcel pública de Barahona. De modo que estos dos imputados también están en la lista de gente involucrada en el caso que se siente o se dice amenazada de muerte. Como Luis Arboleda y como los padres de Fernando Carrasco. Cronología elaborada en base a las entrevistas con parientes de la maestra Lenny Féliz Féliz e información oficial del Juzgado de Instrucción de Barahona: Miércles 13 de julio: La profesora Lenny Féliz Féliz fue vista con vida por última vez. Ese día salió acompañada de Fernando Carrasco Roque hacia Barahona, donde los dos profesores se reunirían con otros educadores. Nunca llegaron a la actividad pautada. Más tarde, Fernando confesaría que ese mismo día participó en el asesinato de su acompañante. Jueves 14 de julio: Nadie tiene noticias de la mujer desaparecida, pero de su número telefónico empiezan a llegar unos mensajes de texto al celular de su hermana Ayana, que vive en Puerto Plata. El remitente de los mensajes, haciéndose pasar por Lenny, dice que está bien y que se fue huyendo de su ex pareja, que la había amenazado de muerte, y muy inconforme con algunos de sus parientes. Esto ls trajo un poco de alivio a la familia, pero no del todo, pues cuando alguien intentaba comunicarse con Lenny por vía telefónica, recibía un mensaje que decía que ese teléfono estaba fuera de servicio Durante los ocho días siguientes la familia Féliz continuó esperando noticias de la desparecida. Durante todo este tiempo, Fernando Carrasco se mantuvo cerca de la familia, dizque apoyándolos y ayudando en lo que fuera necesario. A la vez colapsaba la relación entre Luis Arboleda y algunos miembros de la familia que, confiados en lo que decían los mensajes, lo señalaban como el responsable de cualquier cosa que pudiera pasarle a su pariente. Miércoles 27 de julio: Ya la preocupación empezaba a superar el tímido consuelo que habían traído los mensajes de texto. Un hermano de Lenny conocido como Pichiro y Luis Arboleda determinan denunciar el caso ante las autoridades, pero deciden esperar al jueves, cuando volvía desde Puerto Plata Ayana, la hermana de Lenny que ha recibido los mensajes. Jueves 28 de julio: Durante la mañana, Arístides Féliz, el padre de la profesora asesinada, y su ex compañero, Luis Arboleda, fueron al Banco de Reservas a confirmar si ella había cobrado su salario correspondiente a ese mes. Les informaron que lo había hecho el día 26 a través de un cajero automático, y eso volvió a aliviar los ánimos. Sin embargo, cuando le comunican la noticia a Lucrecia, una amiga de la víctima, ésta les dijo que ella nunca cobraba por el cajero automático sino por ventanilla. Con esta información los dos hombres van donde Pichiro, quien confirma que la profesora nunca cobraba con su tarjeta plástica porque lo hacía un prestamista conocido de Fernando Carrasco. Mandan a buscar a Fernando, quien explica que el prestamista había entrado en contacto con la víctima a través de Luís Amauris Féliz Gómez (conocido como Felo) y los conduce hacia él. El prestamista dijo que la profesora le debía 50 mil pesos y mostró la copia del recibo que ella le había firmado. Viernes 29 de julio: Pichiro, el hermano de la víctima, y Luis Arboleda pusieron la denuncia en el Departamento de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional, en Santo Domingo. Domingo 31 de julio: Tuvo lugar una reunión entre algunos líderes de la comunidad convocados por Arboleda. En la reunión participó Fernando, quien fue invitado para que explicara lo que ocurrió la última vez que vio con vida a la maestra. Volvió a contar lo que había sostenido hasta entonces: que se ella había ido en una camioneta gris luego de que al motor que él conducía se le rompiera la cadena. Sin embargo, parece que algunos de los detalles del relato no coincidían con los que había manifestado en ocasiones anteriores. En la reunión se concluyó que buscarían a la maestra por todo el trayecto que ese día le tocaba recorrer, pero por sugerencia de Fernando luego decidieron buscarla desde donde ella se había ido con el hombre de la camioneta gris en adelante. También conformaron una comisión de cuatro personas que iría a Santo Domingo, a pedir la ayuda del Procurador General de la República para dar con el paradero de la mujer. Lunes 1 de agosto: La comisión fue recibida por el procurador adjunto Ramón Madera, quien luego de conocer los detalles que hasta ese momento se tenían, afirmó que Fernando Carrasco debía ser investigado y que él debía saber dónde estaba la profesora desaparecida. Martes 2 de agosto: El fiscal Jorgerín Montero encabeza el allanamiento a la casa de la novia del profesor Fernando Carrasco, donde se incauntan una computadora y otros objetos que eran propiedad de la profesora Lenny Féliz Féliz y que ella cargaba el día de su desaparición. El profesorFernando Carrasco confesó que él había participado en su asesinato, dijo en qué lugar habían enterrado el cadáver e involucró a los profesores Luis Amauris Feliz Gomez y Sandro Feliz Santana en el caso. Ellos también fueron arrestados más tarde. Miércoles 3 de agosto: La jueza Catalina Pérez Pérez dispone la prisión preventiva como medida de coerción para Fernando Carrasco y garantías económicas de 30 mil pesos para los otros dos imputados. Lunes 8 de agosto: Los fiscales a cargo del caso apelan la sentencia emitida por la jueza Pérez Pérez en lo que tiene que ver con la medida establecida para los imputados Féliz Gómez y Féliz Santana.
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